El expresidente Donald Trump pidió a un juez de una corte estatal que anule su condena penal en Nueva York, basado en la reciente decisión de inmunidad de la Corte Suprema que establece cuándo un expresidente debe ser protegido ante un posible enjuiciamiento.
Aunque es probable que el intento de anular el veredicto del jurado se enfrente a una ardua batalla con el juez Juan Merchan, ya Trump consiguió aplazar la fecha de su sentencia.
La sentencia estaba prevista para este jueves, pero Merchan la aplazó la semana pasada para darse más tiempo para considerar la información jurídica de ambas partes sobre la cuestión de la inmunidad. Se espera que los fiscales respondan antes del 24 de julio. La sentencia está fijada actualmente para el 18 de septiembre.
La moción presentada por el equipo de Trump, dirigido por Todd Blanche, se centra principalmente en varios ejemplos de lo que describe como “pruebas de actos oficiales no admisibles”, que según la nueva sentencia de la Corte suprema, no pueden ser introducidas en el juicio cuando se refieren a funciones presidenciales “esenciales”. Según los abogados de Trump, sus conversaciones privadas con la ex directora de comunicaciones de la Casa Blanca Hope Hicks las conversaciones en torno a su poder de indulto, así como sus mensajes en Twitter, fueron todos erróneamente admitidos durante el caso de Manhattan, y requeriría un nuevo juicio.
Sus abogados habían argumentado anteriormente que Trump era inmune a la acusación en el caso de Nueva York, pero Merchan no fue persuadido. Ahora sostienen que Merchan está “obligado” a acatar la decisión del alto tribunal, que se produjo más de un mes después de que un jurado de Manhattan declarara culpable a Trump.
El jurado halló a Trump culpable de 34 cargos de falsificación de registros comerciales después de semanas de testimonios que detallaron un plan para influir ilegalmente en las elecciones de 2016, a través de un esquema de pago de dinero a cambio del silencio de la actriz de filmes para adultos Stormy Daniels, quien amenazó con descarrilar su campaña con un relato de que había tenido una relación sexual con Trump una década antes. Trump ha seguido negando cualquier encuentro con Daniels, pero no testificó en el juicio.
Incluso si ninguna de las pruebas en el juicio implicaba deberes “centrales” de la presidencia, los abogados de Trump se centraron en parte de la decisión de la Corte Suprema que requiere “presunta” inmunidad ante un enjuiciamiento penal por otros actos, a menos que el Gobierno refute con éxito esa presunción.
La moción, de 52 páginas, no sólo presenta argumentos legales sobre la inmunidad, sino que se hace eco de parte de la retórica utilizada por Trump contra el fiscal del distrito, el demócrata Alvin Bragg. Trump ha afirmado que el caso ha estado motivado políticamente desde el principio y que fue tratado de manera injusta.
Blanche ha argumentado que en lugar de esperar a las orientaciones de la Corte Suprema sobre la inmunidad, los fiscales se burlaron con arrogancia e insistieron en apresurarse a ir a juicio, a pesar de que “ninguna corte se había enfrentado nunca a la cuestión de la inmunidad de un presidente frente a una acusación”.
El equipo legal de Trump continúa argumentando que el caso giraba en torno a un único testigo, Michael Cohen, ex mano derecha de Trump, por lo que los fiscales utilizaron erróneamente el testimonio de Hicks y otros para reforzar su caso de una manera que la Corte Suprema ha considerado ahora que va más allá de los límites.
Aunque es probable que Trump sólo se enfrente a un juicio en sus casos penales antes de las elecciones de noviembre, sus abogados también han tratado de aprovechar el fallo de la Corte Suprema en su caso de Florida sobre las acusaciones de manejo indebido de documentos clasificados. La semana pasada, el mismo equipo de defensa pidió a una jueza federal que suspendiera el procedimiento en ese caso, para considerar el impacto de la sentencia de la Corte Suprema. La jueza accedió a recibir más información legal sobre el tema.