Este lunes, el presidente Donald Trump, en las primeras horas de su mandato, revocó la decisión de su predecesor, Joe Biden, de sacar a Cuba de la lista estadounidense de estados promotores del terrorismo. Esta acción se produce apenas días después de que Biden firmara una orden ejecutiva el 14 de enero para remover a Cuba del mencionado listado, un gesto que fue parte de su enfoque hacia la isla al final de su mandato.
La decisión de Biden y su reversión por Trump
El 14 de enero de 2025, Joe Biden firmó una orden ejecutiva que retiraba a Cuba de la lista de estados promotores del terrorismo. Esta decisión fue tomada como parte de un intento por mejorar las relaciones con la isla, a pesar de las restricciones económicas impuestas durante el gobierno de Trump. Además, Biden suspendió la capacidad de los ciudadanos estadounidenses de demandar en tribunales de Estados Unidos la expropiación de sus propiedades en Cuba y levantó algunas sanciones financieras.
En su discurso, Biden justificó esta medida como parte de un esfuerzo para propiciar la liberación de varios presos cubanos, en un proceso facilitado por la mediación del Vaticano. Ese mismo día, Cuba anunció la liberación de 553 personas que estaban “sancionadas por delitos diversos”. Sin embargo, la administración de Trump ha revertido esta decisión casi de inmediato.
La historia de Cuba en la lista de estados promotores del terrorismo
La inclusión de Cuba en la lista de países promotores del terrorismo ha sido un tema recurrente en la política estadounidense, especialmente durante la presidencia de Donald Trump. Cuba había estado en la lista desde 1982, pero fue retirada en 2015, durante el mandato de Barack Obama, como parte de un proceso de acercamiento entre ambos países. Sin embargo, la administración de Trump retomó la postura más estricta hacia La Habana, recibiendo críticas tanto dentro como fuera de los Estados Unidos por su enfoque hacia Cuba.
En enero de 2021, antes de abandonar el poder, Trump volvió a incluir a Cuba en la lista, justificando la medida debido a la presencia en la isla de miembros del Ejército de Liberación Nacional (ELN) de Colombia, quienes viajaron a La Habana para iniciar negociaciones de paz con el gobierno colombiano. Esta designación implicó una serie de sanciones económicas, restricciones en la venta de armas y un mayor control sobre las exportaciones, entre otras medidas.
La inclusión de Cuba en la lista de terrorismo fue una de las últimas decisiones de Trump antes de dejar la Casa Blanca en 2021. La nueva reversión de esta política por parte de Trump en su segundo mandato refleja su firme postura sobre la isla.
El impacto de la inclusión de Cuba en la lista de estados promotores del terrorismo
Ser incluido en la lista de países promotores del terrorismo implica una serie de consecuencias para Cuba. Además de la prohibición de venta de armas, las sanciones económicas son una de las principales repercusiones. Estas sanciones no solo afectan las relaciones comerciales entre Cuba y Estados Unidos, sino que también dificultan el acceso de la isla a los mercados internacionales y aumentan las restricciones a la ayuda exterior.
En términos de visas, la inclusión en esta lista implica mayores requisitos para obtener visados a los ciudadanos cubanos que deseen viajar a Estados Unidos, además de un mayor control a las exportaciones y sanciones financieras. Estos efectos limitan la capacidad de Cuba para participar en actividades internacionales de manera efectiva, lo que puede perjudicar su economía y las relaciones exteriores de la isla.
La respuesta cubana a la medida de Biden y Trump
Cuando la administración de Biden retiró a Cuba de la lista de terrorismo, el gobierno cubano calificó esta decisión de “paso en la dirección correcta”, aunque subrayó que se trataba de una acción “muy limitada” y que la “guerra económica” contra Cuba seguía vigente. Según el Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba, el levantamiento de algunas sanciones no fue suficiente para cambiar la situación económica de la isla ni para aliviar la presión internacional sobre el gobierno cubano.
El gobierno cubano continuó criticando la política de sanciones de Estados Unidos, argumentando que estas medidas son parte de una estrategia cruel e injusta destinada a afectar a la población cubana. Sin embargo, la reversión de la decisión por parte de Trump a principios de su mandato resalta el enfoque más rígido hacia Cuba, continuando la política de aislamiento y sanciones implementada durante su primer mandato.
El papel de Marco Rubio y la política exterior de Trump
Uno de los aliados clave de Trump en la política exterior hacia Cuba es el senador Marco Rubio, quien fue confirmado como secretario de Estado este lunes por el Senado. Rubio, quien se ha manifestado en varias ocasiones sobre su postura hacia Cuba, había declarado recientemente en su audiencia de nominación que no tenía «ninguna duda» de que Cuba sigue siendo un país promotor del terrorismo. Este respaldo de Rubio a las políticas más estrictas contra Cuba refleja la continuidad de la postura adoptada por Trump durante su primer mandato.
Durante su primer mandato, Trump adoptó una postura agresiva hacia Cuba, reinstaurando sanciones y frenando el deshielo iniciado por Obama. Este enfoque ha sido respaldado por sectores conservadores de la política estadounidense, especialmente aquellos que consideran que el régimen cubano no ha cumplido con los acuerdos previos de apertura y democratización.