Fuertes tormentas seguían golpeando la región centro-norte de Estados Unidos el miércoles por la mañana con intensos aguaceros, vendavales y tornados, que según los meteorólogos podrían extenderse a más regiones.
Se identificaron tornados después del anochecer en zonas de Michigan, Indiana y Ohio. Algunas zonas de Illinois, Kentucky y Missouri estaban también bajo aviso de tornado, según el Servicio Meteorológico Nacional (NWS, por sus siglas en inglés).
Mientras las tormentas continuaban antes del amanecer del miércoles, el NWS en Pittsburgh advirtió que un tornado en el nordeste de Ohio podría llegar a Pensilvania. Partes de Virginia Occidental también estaban bajo alerta de tornado.
Horas antes, en el suroeste de Michigan, dos tornados atravesaron el martes por la noche la ciudad de Portage, cerca de Kalamazoo, donde destruyeron casas y edificios comerciales, incluido un centro de FedEx que quedó destrozado.
En un primer momento no se reportaron heridos graves, aunque las autoridades de la ciudad dijeron en una nota de prensa que los tornados habían dejado sin electricidad a más de 20.000 personas. La mayoría se quedaría sin luz hasta el miércoles por la noche, señalaron.
En un momento dado, unas 50 personas se quedaron atrapadas dentro del centro de FedEx debido al corte de electricidad, aunque la vocera de la compañía Shannon Davis dijo el martes por la noche que “todos los miembros del equipo están a salvo y localizados”.
Las tormentas del martes se produjeron al día siguiente de que zonas del centro de Estados Unidos fueran golpeadas por aguaceros, fuertes vientos, granizo y tornados. Tanto las Grandes Llanuras como la región centro norte han sufrido tornados esta primavera.
El lunes por la noche, un tornado letal en Oklahoma golpeó la pequeña población de Barnsdall, de 1.000 habitantes. Al menos una persona murió y otra estaba desaparecida. Había docenas de casas destruidas.
Imágenes aéreas mostraban casas reducidas a montañas de escombros y otras con los tejados arrancados. El tornado lanzó vehículos por los aires, derribó tendidos eléctricos y arrancó ramas y corteza de los árboles de la localidad. Una planta manufacturera de cera de 65 hectáreas (160 acres) en la población también sufrió daños graves.
Era el segundo tornado que golpeaba Barnsdall en cinco semanas: el 1 de abril, un meteoro con velocidad máxima de entre 145 y 161 kilómetros (de 90 a 100 millas) por hora dañó casas y derribó árboles y postes eléctricos.
También se reportaron daños en Bartlesville, unos 32 kilómetros (20 millas) al noreste.
En el Hampton Inn de Bartelsville trozos astillados de madera asomaban de la fachada sur del edificio. Por el jardín del hotel se veían trozos de aislamiento, metal retorcido y otros restos, y los vehículos del estacionamiento estaban muy dañados, con ventanas reventadas.
Matthew Macedo, un huésped del hotel, dijo que le habían llevado a una sala de lavandería hasta que pasara la tormenta.
“Cuando se produjo el impacto, fue increíblemente repentino”, dijo.
El gobernador de Oklahoma, Kevin Stitt, que visitó las localidades dañadas el martes, dijo que los investigadores estimaban que el tornado había alcanzado los 322 km/ha (200 mph). Stitt dijo que había acordado con líderes legislativos reservar 45 millones de dólares del presupuesto de este año para ayudar a las poblaciones dañadas por la tormenta.
“La gente de Oklahoma es resiliente”, dijo Stitt, “y vamos a reconstruir”.
Zonas de Oklahoma como Sulphur y Holdenville aún no se recuperan del impacto de un tornado que mató a cuatro personas y dejó a miles sin electricidad a finales del mes pasado.
Las poderosas tormentas coincidían con otros ejemplos de mal tiempo en el planeta, y que incluían algunas de las peores inundaciones de la historia en Brasil y una brutal ola de calor en Asia.
Se esperaba que hubiera tormentas durante toda la semana en Estados Unidos. El este y el sur del país se llevarían la peor parte el resto de la semana, lo que afectaría a Indianápolis, Memphis, Nashville, San Luis y Cincinnati, ciudades donde viven más de 21 millones de personas. Los cielos deberían despejarse para el fin de semana.