Un sistema de baja presión que atraviesa Estados Unidos esta semana está provocando fenómenos meteorológicos extremos, que van desde intensas nevadas y vientos huracanados hasta condiciones críticas de incendios forestales. La tormenta invernal afectará a casi dos docenas de estados, provocando cortes de energía, interrupciones en el transporte y evacuaciones debido a los incendios activos en el sureste del país.
Avance de la tormenta invernal y sus efectos
La tormenta comenzó su recorrido el lunes 3 de marzo en las llanuras del sur y centro de Estados Unidos, avanzando hacia el Medio Oeste el martes y llegando a la región de los Grandes Lagos el miércoles. Según el Servicio Meteorológico Nacional (NWS), este sistema traerá acumulaciones de nieve de hasta 30 centímetros en la Sierra Nevada y hasta 60 centímetros en las zonas más elevadas de la Gran Cuenca y las Montañas Rocosas.
Los fuertes vientos, que podrían alcanzar hasta los 113 kilómetros por hora, también generarán condiciones de ventisca, dificultando los desplazamientos y aumentando los riesgos para los viajeros. De acuerdo con AccuWeather, hasta 170 millones de personas podrían verse afectadas por estos vientos intensos, que podrían provocar cortes de energía en estados como Texas, Oklahoma, Florida y partes del noreste del país.
En Tulsa, Oklahoma, el NWS advirtió sobre los peligros asociados con esta tormenta, como granizo de gran tamaño y ráfagas de viento dañinas, que se prolongarán hasta el martes por la mañana, antes de que el sistema abandone la región.
Vista de una nevada en Nueva Orleans, Luisiana, EE.UU., el 21 de enero de 2025. EFE/EPA/Derick Hingle
Incendios forestales y riesgo extremo en el sur
A pesar de las fuertes nevadas y lluvias en algunas áreas, la tormenta también está creando condiciones propicias para incendios forestales en otras regiones. El aire seco, los fuertes vientos y la baja humedad en las llanuras altas del centro y sur, así como en el suroeste del país, han elevado el riesgo de incendios a niveles críticos y extremos.
Las temperaturas en el este de Nuevo México y el oeste de Texas serán significativamente más altas de lo habitual, lo que agrava las condiciones de sequía que ya afectan a varias áreas. Este peligro será especialmente alto entre el martes y el miércoles, cuando las condiciones podrían empeorar. El domingo, Carolina del Sur declaró el estado de emergencia debido a la presencia de 163 incendios activos, que obligaron a evacuar a algunas personas. Uno de los incendios más grandes, ubicado en el condado de Horry, cerca de Myrtle Beach, ha consumido más de 647 hectáreas (6,5 kilómetros cuadrados).
También se han reportado incendios activos en Carolina del Norte y Georgia. Las lluvias que se esperan para el martes y miércoles podrían aliviar parcialmente la situación, al reemplazar el sistema de alta presión que impulsa estos incendios.
Vista de una inusual nevada debido a la ola de frío en Nueva Orleans, Luisiana, EE.UU., el 21 de enero de 2025. EFE/EPA/Derick Hingle
Condiciones climáticas severas y riesgo de tornados
El frente frío asociado con esta tormenta se encontrará con aire cálido proveniente del Golfo de México a última hora del lunes, lo que podría desencadenar tormentas severas en las llanuras del sur y el valle inferior del Misisipi el martes. Según el Servicio Meteorológico Nacional, estas tormentas podrían incluir lluvias intensas, tormentas eléctricas y, potencialmente, tornados. Las áreas que ya han experimentado lluvias significativas, como Ohio y Tennessee, enfrentan un mayor riesgo de inundaciones repentinas debido a la saturación del suelo.
Interrupciones en el transporte y medidas de precaución
Este sistema de tormentas, que combina fenómenos extremos en diferentes partes del país, podría causar interrupciones generalizadas en el transporte. AccuWeather advirtió que las condiciones meteorológicas podrían generar retrasos en vuelos, cancelaciones y paradas en tierra en los aeropuertos de las regiones afectadas. Además, las carreteras cubiertas de nieve o hielo, junto con los fuertes vientos, podrían dificultar los desplazamientos terrestres, aumentando el riesgo de accidentes y bloqueos.