TikTok intensificó este jueves sus ataques a la administración Biden por una ley que podría prohibir la popular aplicación en Estados Unidos, argumentando en una presentación judicial que los usuarios estadounidenses de TikTok podrían verse obligados a vivir en una «isla» de contenido desconectado del resto del mundo si la plataforma se ve obligada a encontrar un nuevo propietario.
La presentación legal también publica, por primera vez, el texto de un proyecto de acuerdo entre TikTok y el gobierno de Estados Unidos que, según la empresa, habría abordado las preocupaciones de seguridad nacional vinculadas a la aplicación, pero que supuestamente fue descartado en favor de una legislación que TikTok argumenta que viola la Primera Enmienda.
La presentación de este jueves supone la primera salva de TikTok en un caso crucial que no sólo podría determinar el destino de una aplicación utilizada por 170 millones de personas en Estados Unidos, sino también cómo interpretan los tribunales la Primera Enmienda y su relación con toda la expresión en línea. El Departamento de Justicia declinó hacer comentarios.
TikTok ha insistido en que no es posible que su matriz china, ByteDance, se desprenda de la aplicación —»no es posible ni tecnológica, ni comercial, ni legalmente»— y no antes de la fecha límite de enero de 2025 establecida por la ley que el presidente Joe Biden firmó en abril.
«Incluso si la desinversión fuera factible, TikTok en Estados Unidos quedaría reducida a un cascarón de lo que fue, desprovista de la tecnología innovadora y expresiva que adapta el contenido a cada usuario», escribió la empresa en su documento. «También se convertiría en una isla, impidiendo a los estadounidenses intercambiar opiniones con la comunidad global de TikTok».
Esto se debe a que la ley que TikTok está desafiando prohíbe el tipo de acuerdos de intercambio de datos que serían necesarios para mostrar el contenido internacional de TikTok a los usuarios de TikTok de Estados Unidos, afirmó la compañía en su presentación.
Esta advertencia se hace eco de las alegaciones contenidas en un escrito legal presentado este jueves por los creadores de contenidos de TikTok. El grupo de creadores, que incluye a un entrenador de fútbol, una defensora de supervivientes de agresiones sexuales y un veterano de las Fuerzas Aéreas de Estados Unidos, argumentó que la ley impugnada les impediría elegir dónde y cómo expresarse, así como su derecho a la Primera Enmienda a recibir el discurso de otros.
Entretanto, el hecho de que TikTok se centre en el proyecto de acuerdo con la Comisión de Inversiones Extranjeras en Estados Unidos (CFIUS), un panel multiinstitucional encargada de revisar las implicaciones para la seguridad nacional de los acuerdos de inversión extranjera, podría resultar fundamental para el caso de la empresa.
La existencia del acuerdo propuesto, según TikTok, es una prueba de una opción menos agresiva que podría haber logrado los objetivos del Gobierno sin una posible desinversión o prohibición de la aplicación. El hecho de que la administración Biden pasara por alto una alternativa menos restrictiva podría convertirse en un factor en una posible prueba de la constitucionalidad de la ley.
En la presentación de este jueves, TikTok dijo que el acuerdo nunca se firmó a pesar de años de negociaciones y decenas de reuniones y llamadas telefónicas con funcionarios del gobierno de Estados Unidos. Y después de meses de silencio de radio a partir de septiembre de 2022, CFIUS supuestamente le dijo a TikTok en marzo de 2023 que «‘altos funcionarios del gobierno’ exigieron la desinversión sin explicar por qué el Acuerdo era insuficiente».
TikTok agregó que luego solicitó reuniones con altos funcionarios de Estados Unidos, pero «no recibió respuestas significativas».
Durante años, funcionarios de Estados Unidos han advertido de la posibilidad de que el gobierno chino pudiera acceder a los datos de los usuarios de TikTok a través de su influencia sobre ByteDance. La administración Trump intentó prohibir TikTok mediante una acción ejecutiva, pero eso fue rápidamente obstaculizado por desafíos legales. Mientras Biden firmaba la legislación de abril, Trump dio marcha atrás, diciendo que una prohibición solo ayudaría al rival de TikTok, Meta.
Expertos independientes en ciberseguridad afirman que la posibilidad existe en función de cómo estén redactadas las leyes chinas, pero que hasta ahora sigue siendo una hipótesis y que hay muchas otras fuentes de datos sensibles que China puede obtener libremente, por ejemplo comprándolos en el mercado abierto.
Las autoridades de Estados Unidos no han presentado públicamente pruebas de que China haya accedido a los datos de TikTok de usuarios estadounidenses. Pero advierten de que la información podría utilizarse con fines propagandísticos o para identificar objetivos de inteligencia, y han ofrecido a miembros del Congreso sesiones informativas clasificadas sobre los riesgos potenciales de la aplicación.
TikTok, por su parte, ha negado haber dado nunca al gobierno chino acceso a sus datos y ha tachado las sesiones informativas confidenciales del Congreso de parte de un proceso legislativo viciado, precipitado y secreto.
En el escrito de la empresa del jueves se adjuntaba un apéndice que contenía el borrador completo del acuerdo, de 103 páginas.
En él se describe lo que se ha dado en llamar Proyecto Texas, el plan de TikTok para separar los datos de los usuarios de Estados Unidos de su actividad global, y se incluye una disposición que autorizaría al Gobierno de Estados Unidos a detener temporalmente o incluso cerrar la aplicación de TikTok si ésta no cumple una docena de requisitos, como permitir que inspectores cualificados revisen el código fuente de la empresa.
Este jueves, la presentación de TikTok decía que la empresa ha gastado hasta ahora US$ 2.000 millones en aplicar voluntariamente el Proyecto Texas.
También se incluyó con la presentación detallada de TikTok una declaración firmada de un experto de terceros y exfuncionario de CFIUS, Christopher Simkins, quien dijo que la propuesta tal como estaba escrita era tan sólida como cualquiera que hubieran visto en dos décadas de experiencia. De aplicarse, dijo Simkins, los riesgos de seguridad nacional de TikTok «se reducirían a un nivel BAJO».