El lunes pasado, decenas de negocios en Estados Unidos cerraron sus puertas en respuesta a la convocatoria de un movimiento denominado ‘Un día sin inmigrantes’, organizado como una protesta contra las medidas migratorias implementadas por la Administración del presidente Donald Trump. La protesta tuvo un fuerte eco en diversas comunidades, especialmente en el sur de California, donde se reportó una alta tasa de ausentismo escolar, como parte de un esfuerzo por visibilizar la importancia de los inmigrantes en la economía y sociedad estadounidense.
El impacto del ‘Día sin inmigrantes’ en los negocios y las escuelas
Según Wendy Guardado, activista en Los Ángeles y una de las organizadoras de la protesta, al menos 250 negocios en todo el país cerraron sus puertas en apoyo a esta jornada de lucha. Esta cifra incluye tanto a pequeñas empresas como a comercios que sirven a la comunidad inmigrante. El cierre de los negocios también se reflejó en varias escuelas, especialmente en el sur de California, donde los distritos escolares reportaron niveles elevados de ausencias, lo que demostró el impacto de la protesta en la vida diaria.
El Los Angeles Times informó sobre el testimonio de una maestra de una escuela primaria en el sur de la ciudad, quien aseguró que aproximadamente 390 estudiantes de un total de 670 no asistieron a clases. Muchos de los padres justificaron la ausencia de sus hijos, explicando que estaban participando en la manifestación, que formó parte de un llamado a la acción a nivel nacional.
Fotografía de las protestas en Los Ángeles, California, mientras se lleva a cabo el movimiento nacional de «día sin inmigrantes». EFE/EPA/Caroline Brehman
La protesta como respuesta a las políticas migratorias de Trump
La convocatoria para este Día sin inmigrantes sigue la misma estructura de la realizada en febrero de 2017, un mes después de que Trump asumiera la presidencia. En esa ocasión, miles de inmigrantes y sus aliados se unieron para rechazar las políticas migratorias del gobierno, que incluyen medidas como la deportación masiva y la eliminación de protecciones para ciertos grupos de inmigrantes.
En la jornada de este lunes, muchos trabajadores decidieron ausentarse de sus empleos para unirse al movimiento. Esto ocurrió incluso en lugares de trabajo altamente simbólicos, como una cafetería en el Senado de los Estados Unidos, donde varios empleados se ausentaron en apoyo a la protesta. Este tipo de acción resalta la solidaridad de los trabajadores inmigrantes con la lucha por sus derechos y los de sus familias.
La importancia de la protesta y el mensaje de los participantes
Entre los participantes de la protesta, una de las voces más representativas fue la de Ana Cacatci, quien explicó en una entrevista con la cadena NBC en Chicago que su familia emigró a Estados Unidos en busca de una vida mejor. Ana destacó que el propósito de las protestas no es solo crear conciencia, sino también exigir un trato justo para los inmigrantes, quienes, según ella, están en el país solo para trabajar y mejorar la vida de sus familias.
Fotografía de un restaurante mexicano cerrado durante la protesta ‘Día sin inmigrantes’. EFE/Ruth E. Hernández
Chicago fue una de las ciudades donde la Administración de Trump ha intensificado las redadas migratorias, lo que hizo que la protesta cobrara mayor relevancia. Los comercios, especialmente los de propiedad hispana, también jugaron un papel importante en esta manifestación, colocando carteles en sus puertas que informaban a los clientes sobre su cierre en apoyo a la causa. Este acto de solidaridad no solo mostró el descontento con las políticas migratorias, sino que también simbolizó la resistencia de la comunidad inmigrante.
El impacto económico de los inmigrantes en EE.UU.
La protesta del Día sin inmigrantes subraya la contribución significativa de los inmigrantes a la economía de Estados Unidos, algo que a menudo se pasa por alto en el discurso político. Según Víctor Narro, director de proyectos del Centro Laboral de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA), esta movilización pone de manifiesto cómo la economía del país depende cada vez más de la fuerza laboral inmigrante. Narro señala que, a medida que la población estadounidense envejece y las tasas de natalidad disminuyen, la necesidad de una mano de obra inmigrante se vuelve aún más crucial.