El Pentágono ha llegado a un acuerdo con un grupo de cinco demandantes, que representan a más de 30.000 veteranos LGTBIQ, quienes fueron dados de baja de las Fuerzas Armadas debido a su orientación sexual. La demanda, que se centra en la derogación de la controvertida política “No Preguntes, No Digas” o Don’t Ask, Don’t Tell, ha llevado al Departamento de Defensa a tomar medidas para corregir los registros de baja de estos veteranos y garantizar que se les reconozca por sus servicios.
El Acuerdo y su impacto en los veteranos LGTBIQ
El acuerdo alcanzado entre el Departamento de Defensa y los demandantes facilita que los veteranos LGTBIQ que fueron dados de baja bajo la política “No Preguntes, No Digas” puedan corregir sus registros, eliminando las referencias a su orientación sexual en sus documentos de baja y en los archivos del Departamento de Defensa.
Esta medida busca reparar una injusticia histórica, ya que durante la vigencia de dicha política, miles de militares fueron despedidos de las Fuerzas Armadas únicamente por su identidad de género o su orientación sexual. La política “No preguntes, no digas” estuvo en vigor desde 1993 hasta 2011 y obligaba a las personas LGTBIQ a ocultar su sexualidad para poder servir en el ejército.
El acuerdo también ofrece a los veteranos afectados la oportunidad de obtener bajas “honorables”, una clasificación que les otorga acceso a beneficios como la asistencia universitaria, programas de préstamos, descuentos militares, entre otros.
El Pentágono, en una fotografía de archivo. EFE/EPA/Jim Lo Scalzo
La política «No preguntes, no digas» y su impacto en los veteranos
La política “No preguntes, no digas” permitió que la orientación sexual fuera un motivo legítimo para despedir a los militares, y muchos de los que fueron dados de baja bajo esta norma perdieron no solo su empleo en las Fuerzas Armadas, sino también derechos fundamentales y beneficios a los que tenían derecho por haber servido al país.
Una de las veteranas que presentó la demanda, Sherrill Farrell, una exmiembro de la Marina de los EE.UU., compartió en un comunicado cómo la política la hizo sentirse rechazada por su propio país: “Cuando me dieron de baja por mi orientación sexual, sentí que mi país me estaba diciendo que mi servicio no valía nada, que yo era ‘menos que’ por la persona a la que amaba”.
La historia de Farrell refleja la experiencia de miles de veteranos LGTBIQ que, a lo largo de los años, han luchado por el reconocimiento y la reparación de la injusticia que vivieron al ser apartados de las Fuerzas Armadas únicamente por su identidad sexual.
La demanda y la decisión judicial
Los veteranos que demandaron al Pentágono alegaron que el gobierno violó sus derechos al no otorgarles bajas “honorables” y por no eliminar las referencias a su orientación sexual de sus registros militares una vez que la política fue eliminada en 2011. En su demanda, los veteranos también señalaban que la falta de corrección en sus registros impedía el acceso a beneficios como descuentos en servicios militares, préstamos y asistencia para matrícula universitaria, lo cual afecta de manera significativa a su calidad de vida.
El gobierno intentó desestimar la demanda, pero en junio de 2023, un juez federal en California permitió que la demanda colectiva siguiera su curso. El juez concluyó que la decisión del Pentágono de no modificar los documentos de baja de los veteranos LGTBIQ “estaba motivada por una intención discriminatoria”, lo que abrió la puerta para que los veteranos buscaran justicia y reparación.
Este fallo judicial fue un paso importante para los veteranos LGTBIQ, ya que reconoció de manera oficial que la política de “No Preguntes, No Digas” y sus efectos continuaron perjudicando a los veteranos mucho después de su derogación en 2011.
La derogación de «No preguntes, no digas» y su legado
En 2011, la administración del presidente Barack Obama derogó la política “No Preguntes, No Digas”, permitiendo que los miembros de la comunidad LGTBIQ sirvieran abiertamente en el ejército sin temor a ser despedidos por su orientación sexual. A pesar de la derogación, muchos de los veteranos que habían sido dados de baja bajo esta norma aún tenían sus registros manchados con la referencia a su orientación sexual, lo que les impedía obtener beneficios y, en algunos casos, también les impedía obtener una baja honorable.
Este acuerdo reciente no solo busca corregir los documentos de los veteranos, sino también reconocer que el servicio militar de estas personas fue valioso y digno de honor, independientemente de su identidad de género u orientación sexual.
El Pentágono, en una fotografía de archivo. EFE/EPA/Shawn Thew
Reparación y reconocimiento para los veteranos LGTBIQ
El acuerdo entre el Pentágono y los veteranos LGTBIQ es una medida importante para reparar una parte de la historia que durante años fue ignorada. Muchos de los veteranos que fueron dados de baja injustamente bajo la política “No preguntes, no digas” sintieron que su servicio al país nunca fue completamente reconocido, y este acuerdo abre la puerta para que, al menos a través de la corrección de sus registros, se les devuelva la dignidad que les fue negada durante tanto tiempo.
La decisión también señala un avance hacia la reparación de las injusticias que enfrentan los miembros de la comunidad LGTBIQ que sirvieron en las Fuerzas Armadas de los EE.UU., y podría ser un precedente para otros cambios necesarios en las políticas y procedimientos relacionados con la inclusión y el reconocimiento de los derechos de las personas LGTBIQ en el ejército y en otras instituciones gubernamentales.