El sistema de Seguro Social, que brinda apoyo económico a más de 61 millones de personas en Estados Unidos, enfrenta una posible interrupción debido a los recortes en el personal del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE). Si esta medida se lleva a cabo, podría desencadenar una crisis económica, especialmente para aquellos que dependen en gran medida de estos pagos.
¿Quiénes reciben los pagos del Seguro Social?
Actualmente, más de 61 millones de personas reciben pagos del Seguro Social, incluidos jubilados, personas con discapacidades, así como sus dependientes y sobrevivientes. Estos pagos representan una fuente vital de ingresos para millones de estadounidenses, y su posible interrupción tendría efectos devastadores.
Entre los beneficiarios, los jubilados representan a más de 52 millones de personas, que reciben un promedio mensual de poco menos de $2,000. Esta cantidad constituye aproximadamente un tercio de sus ingresos, y en muchos casos, incluso más. Según la Administración del Seguro Social, «entre los beneficiarios de Seguro Social de 65 años o más, el 12% de los hombres y el 15% de las mujeres dependen del Seguro Social para el 90% o más de sus ingresos».

El magnate Elon Musk, quien lidera el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE, en inglés), durante un acto en la Casa Blanca el 11 de febrero de 2025. EFE/Aaron Schwartz/Pool
El costo del Seguro Social y su impacto en el gobierno federal
En 2024, el costo anual de los pagos del Seguro Social alcanzó los $1,600 millones de dólares, lo que lo convierte en el gasto más grande del gobierno federal. Este gasto es crucial para la estabilidad económica de millones de ciudadanos, y su interrupción podría generar efectos negativos no solo para los beneficiarios, sino para la economía en general.
El pronóstico de la interrupción de pagos y las advertencias
A pesar de que en las últimas ocho décadas los pagos del Seguro Social no han sufrido interrupciones, exfuncionarios del gobierno, como el excomisionado y exgobernador de Maryland, Martin O’Malley, advierten que esta situación podría cambiar pronto. En una entrevista con CNBC, O’Malley señaló: “Al final, verás el colapso del sistema y una interrupción de los beneficios. Creo que esto sucederá dentro de los próximos 30 a 90 días”.
Este pronóstico está relacionado con el plan del gobierno de reducir en 4,000 los empleos dentro de la Administración del Seguro Social. Si esta medida se lleva a cabo, se podría generar una interrupción en la gestión de los pagos, afectando a millones de personas que dependen de estos beneficios.
El futuro financiero del Seguro Social
El sistema de Seguro Social también está enfrentando dificultades financieras. Según las proyecciones de la Junta de Fideicomisarios del Seguro Social, el fondo podría agotarse para 2035, lo que significa que los impuestos recaudados solo serán suficientes para cubrir el 75% de los beneficios programados. Este déficit podría generar aún más problemas, especialmente para aquellos que dependen completamente de estos pagos.
La posible interrupción en los pagos del Seguro Social afectaría a millones de personas, generando incertidumbre económica tanto a nivel personal como nacional. La economía estadounidense podría ver repercusiones a nivel del Producto Interno Bruto (PIB), ya que muchas familias dependen de estos pagos para cubrir sus necesidades básicas.
Consecuencias de una interrupción en los pagos del Seguro Social
Si los pagos del Seguro Social se interrumpen, las consecuencias serían devastadoras para millones de estadounidenses. Muchos beneficiarios utilizan estos pagos para cubrir gastos esenciales como alimentación, atención médica y vivienda. La falta de estos fondos podría llevar a un aumento en la pobreza y la inseguridad económica, afectando a una parte significativa de la población.
Además, la interrupción de los pagos afectaría directamente a las industrias relacionadas con la atención a personas mayores y discapacitadas, así como a otros sectores económicos que dependen de estos pagos para el consumo de bienes y servicios.
La eliminación de 4,000 puestos podría afectar la capacidad de la agencia para procesar y distribuir los pagos de manera eficiente. Esto provocaría retrasos en los pagos y generaría una mayor carga administrativa, lo que agravaría la crisis.