El alcalde de Nueva Yok, Eric Adams ha suspendido con efecto inmediato los permisos para fuegos artificiales o fogatas como parte de las medidas para prevenir incendios forestales y de matorrales como resultado de una inédita sequía otoñal que llevó a la ciudad a declarar el estado de «advertencia» (premio al de emergencia).
No obstante, indicó en un comunicado conjunto que la ciudad de Nueva York trabajará con personas y grupos que tenían esos permisos por si desean continuar con su evento previamente programado utilizando alternativas a los fuegos artificiales o fogatas.
Esta prohibición se suma a la de asar a la parrilla en los parques de la ciudad, que ya había anunciado Adams el pasado 10 de noviembre.
Una persona pulsa el botón de agua para mascotas este lunes, en el Prospect Park de Brooklyn, en Nueva York (Estados Unidos). EFE/ Ángel Colmenares
Las condiciones de sequía en el noreste de Estados Unidos son las peores para esta época del año desde en año 2016 y la ciudad de Nueva York, Filadelfia (Pensilvania) y Bridgeport (Connecticut), tuvieron sus octubres más secos registrados desde entonces, según el Centro Climático Regional del Noreste. La sequía ha causado una gran cantidad de incendios.
«Con el nivel histórico de incendios forestales que hemos visto y la continua escasez de lluvias y condiciones de sequía, estamos intensificando nuestros esfuerzos aún más”, dijo el alcalde.
Destacó que las medidas anunciadas hoy ayudarán a prevenir que ocurran más incendios, a proteger los espacios naturales y el aire, y mantener seguros a los neoyorquinos. Pero -advirtió- «no podemos hacerlo solos: además de conservar agua, necesitamos que los neoyorquinos sean especialmente cautelosos si deciden hacer asados o realizar otras actividades que impliquen llamas abiertas».
«Este no es el año para poner el pavo a la parrilla”, afirmó en referencia al Día de Acción de Gracias la próxima semana en que familias y amigos se reúnen y algunos prefieren la parrilla.
Mientras que el jefe de Bomberos, .Robert Tucker hizo un llamado a los neoyorquinos a cumplir con las pautas establecidas «para reducir las posibilidades de que se produzcan incendios forestales en nuestra ciudad”.
Archivo. EFE/EPA/OLGA FEDOROVA
«El Departamento de Bomberos ya ha respondido a más de 300 incendios forestales este mes y necesitamos que el público permanezca alerta y conserve agua para que podamos continuar extinguiendo eficazmente los incendios cuando ocurran”, indicó.
Pero la sequía parece dar tregua, pues se espera que a partir de esta noche el área metropolitana de Nueva York comience a ver fuertes lluvias y que algunas zonas altas del vecino estado de Nueva Jersey vea caer la primera nieve de esta temporada, y que, según predicciones, también afectarán ciudades al norte de Nueva York.
Cautela a la hora de consumir agua
Las altas temperaturas y falta de lluvia no se han traducido en menos consumo de agua, por lo que las autoridades han pedido a los ciudadanos que empiecen a tomar algunas medidas de austeridad.
Una emergencia de sequía podría llevar a la ciudad de Nueva York a imponer restricciones obligatorias en el uso del agua, y hasta el momento la Gran Manzana ha elevado la alerta al nivel 2 (de 3) -su primera en más de 20 años-, hasta pasar al grado de advertencia, previo al de emergencia.
El alcalde Eric Adams pidió este mes a los neoyorquinos que tomaran duchas más cortas y arreglaran los grifos y tuberías que gotean. Ayer ordenó parar la limpieza de calles con agua, limitar el riego de los campos de golf, dejar de lavar los miles vehículos municipales y las estaciones de metro y cerrar fuentes ornamentales.
Personas caminan en el Prospect Park de Brooklyn mientras hay una seqúia histórica en Nueva York (Estados Unidos). EFE/ Ángel Colmenares
El demócrata fue un paso más lejos para prevenir incendios y anunció una nueva prohibición de hacer parrilladas en los parques de la ciudad. Nueva Jersey y Connecticut ya sufren este tipo de restricciones desde octubre. Es por el momento la única orden dirigida a los ciudadanos, poco acostumbrados a la sequía en una ciudad donde la lluvia nunca ha faltado.