Desde este domingo en Nueva York, los automovilistas que ingresen a los barrios más concurridos de Manhattan deberán pagar hasta 9 dólares por el acceso, como parte de la implementación de la primera tasa de congestión vehicular en los Estados Unidos. La medida entró en vigor a la medianoche, cuando la Autoridad de Transporte Metropolitano (MTA, por sus siglas en inglés) puso en funcionamiento la «Zona de Alivio de Congestión».
El plan tiene como objetivo reducir el tráfico en las áreas más saturadas de Manhattan, como el Distrito Central de Negocios, y recaudar fondos para mejorar el sistema de transporte público. A pesar de la oposición de varios sectores, incluyendo el presidente electo, Donald Trump, y el estado vecino de Nueva Jersey, la tasa comenzó a aplicarse conforme al calendario previsto.
¿Cómo funciona la tasa de congestión vehicular?
La nueva tarifa afecta principalmente a los vehículos que ingresen al Distrito Central de Negocios de Manhattan, comprendido entre la calle 60 y el extremo sur del Distrito Financiero. Durante las horas pico, de 5 de la mañana a 9 de la noche de lunes a viernes, los automovilistas deberán pagar una tarifa máxima de 9 dólares. Los fines de semana, la tarifa será de 9 dólares de 9 de la mañana a 9 de la noche.
En las horas no pico, de 9 de la noche a 5 de la mañana, los conductores disfrutarán de un descuento significativo, pagando solo 2,25 dólares por acceder a la zona. Además, los vehículos de carga más pequeños y los autobuses no urbanos deberán pagar tarifas más altas. Los camiones pequeños y autobuses no urbanos enfrentan un costo de 14,40 dólares, mientras que los camiones más grandes y los autobuses turísticos pagarán hasta 21,60 dólares durante las horas de mayor congestión.
Exenciones y efectos esperados de la tarifa por congestión
El sistema también contempla exenciones para ciertos vehículos. Los vehículos de emergencia y los de carácter gubernamental estarán libres de la tasa, así como los conductores de bajos ingresos y aquellos con condiciones médicas que dificulten el uso del transporte público. Además, los autobuses escolares y de cercanías estarán exentos del pago.
Se espera que la implementación de la tasa reduzca el número de vehículos en el área en un 10%, según los cálculos de la MTA. Los fondos recaudados se destinarán a mejorar el sistema de transporte público en la región, lo que incluye la modernización de infraestructuras y la expansión de servicios.
La polémica en torno a la tasa de congestión vehicular
La medida ha generado considerable oposición. El presidente electo Donald Trump, originario de Nueva York, ha prometido eliminar el plan una vez asuma la presidencia el 20 de enero de 2025. Trump, quien ahora reside en Florida, criticó la medida argumentando que perjudica a los neoyorquinos y a las empresas locales. A esto se suma la postura del Partido Republicano, que ha instado a su intervención.
Además, el estado de Nueva Jersey ha mostrado su desacuerdo, interponiendo una demanda en la que exige que se detenga la implementación de la tarifa, bajo el argumento de que empeorará el tráfico en su territorio, particularmente en el área de Hudson, justo al otro lado del río. La demanda también plantea posibles daños por el aumento de la congestión en sus propias vías.
A pesar de los intentos por frenar la medida, un juez dictaminó que la Administración Federal de Carreteras (FHWA, por sus siglas en inglés) no puede bloquear la implementación, lo que permitió que la MTA procediera con el inicio de la tarifa.
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La tasa de congestión vehicular y su impacto global
La implementación de la tasa de congestión en Nueva York coloca a la ciudad como pionera en los Estados Unidos, aunque otras ciudades alrededor del mundo, como Londres y Estocolmo, ya han adoptado este tipo de medidas para reducir la congestión vehicular y la contaminación. La ciudad neoyorquina busca no solo aliviar el tráfico, sino también contribuir a la mejora del medio ambiente.
La contaminación del aire, en particular la provocada por los vehículos, es una de las principales causas de muertes prematuras en todo el mundo. Un estudio de la ONU indicó que la contaminación atmosférica es responsable de alrededor de 9 millones de muertes cada año, una cifra comparable con las muertes causadas por el tabaquismo. En este contexto, la tasa de congestión vehicular en Nueva York es vista como un paso importante para reducir la huella de carbono de la ciudad y mejorar la calidad del aire.
La tasa de congestión y su relación con la salud pública
Además de los beneficios medioambientales, la implementación de la tasa busca mejorar la salud pública de los neoyorquinos. Se espera que al disminuir la cantidad de vehículos en circulación, se reduzca la exposición de la población a la contaminación del aire, la cual está asociada con enfermedades respiratorias, cardiovasculares y otros problemas de salud.
La contaminación atmosférica, proveniente de vehículos, centrales eléctricas y la quema de cultivos, es responsable de un gran número de enfermedades graves, incluyendo infecciones respiratorias, cáncer de pulmón y enfermedades crónicas. La tasa de congestión vehicular también está alineada con los esfuerzos internacionales para combatir estos problemas de salud.
¿Qué sigue para la tasa de congestión en Nueva York?
La MTA ha planeado seguir monitoreando el impacto de la medida, tanto en términos de reducción del tráfico como en los efectos en el sistema de transporte público. Si bien las autoridades locales esperan que la tarifa reduzca el número de vehículos en Manhattan, algunos expertos sugieren que los efectos no serán inmediatos y que se necesitarán ajustes adicionales a medida que se evalúe su impacto.
La tarifa por congestión continuará siendo un tema de debate en los próximos meses, especialmente con la administración de Trump tomando posesión de la presidencia. El futuro del plan dependerá de las decisiones políticas que se tomen en Washington y de cómo la comunidad local perciba sus beneficios.