Mike Johnson busca reelección como presidente del Congreso
Mike Johnson, presidente actual de la Cámara de Representantes y miembro del Partido Republicano, está buscando la reelección en una votación que se definirá por un margen estrecho, debido a que los republicanos tienen la mayoría más reducida en el inicio de esta legislatura, que comienza este viernes.
Según la Constitución de Estados Unidos, el nuevo Congreso toma posesión cada 3 de enero, luego de las elecciones. Durante los próximos dos años, tanto la Cámara de Representantes como el Senado estarán bajo control republicano, lo que no ocurría desde 2017, cuando Donald Trump asumió la presidencia.
Para que la Cámara de Representantes se constituya, primero deberá elegir a su presidente, quien ocupará el tercer lugar en la sucesión presidencial, justo después del vicepresidente.
Johnson, quien ocupa la presidencia de la Cámara desde octubre de 2023, espera ser reelegido para el próximo mandato. Sin embargo, el estrecho margen de votos pone en riesgo su reelección, aunque cuenta con el apoyo público del presidente electo, Donald Trump.
Tras las elecciones del 5 de noviembre, los republicanos de Trump obtuvieron 220 escaños frente a los 215 de los demócratas. Sin embargo, Trump ha nominado a dos de los congresistas ganadores para puestos en su gabinete.
Debido a que Trump perderá dos votos cuando estos congresistas sean confirmados en sus nuevos cargos, y a la renuncia del nominado a fiscal general Matt Gaetz, involucrado en un escándalo, los republicanos solo tendrán una ventaja de cuatro votos (219-215).
Si Gaetz renuncia como congresista, los republicanos perderán un voto más, lo que dejará a Johnson con pocas opciones de conseguir una reelección. En caso de que todos los demócratas voten por Hakeem Jeffries, líder de su partido, la situación será aún más difícil para Johnson, y los republicanos podrían optar por otro candidato.
Los legisladores republicanos que no deseen votar por Johnson podrán respaldar a otro miembro de la Cámara, lo que obligaría a una nueva votación para elegir a un candidato alternativo.
Si suficientes legisladores se abstienen de votar, se cambiará la mayoría necesaria para ganar, lo que podría desatar una crisis dentro de los republicanos.