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Ocho años después de su histórica primera marcha, la Marcha de las Mujeres, ahora rebautizada como la Marcha del Pueblo, regresa este sábado a la capital de la nación, justo antes de la toma de posesión del presidente electo Donald Trump. La toma de posesión se celebrará el lunes.
Detalles importantes de la Marcha del Pueblo:
- Horario del evento: Los participantes de Washington se reunirán en el Monumento a Lincoln para un mitin a la 1 p.m. (hora estándar del este). Se espera que la marcha sea solo una décima parte del tamaño de la de 2017, ya que muchos votantes progresistas navegan entre sentimientos de agotamiento, decepción y desesperanza.
- Trump llega a Washington: El presidente electo saldrá de su hogar en Florida el sábado rumbo a Washington. Aún no se ha detallado cómo pasará la primera parte del día, y el único evento público en su agenda es una recepción por la noche y un espectáculo de fuegos artificiales en el Club de Golf Nacional Trump, en Sterling, Virginia.
Otros eventos de la inauguración: El domingo, día previo a la inauguración, Trump participará en una ceremonia de colocación de una corona en el Cementerio Nacional de Arlington antes de dirigirse a un mitin en el Capital One Arena de Washington. Este mitin será seguido de una cena privada.
Marcha del Pueblo: motivaciones y participación
Rick Glatz, de Manchester, New Hampshire, tuvo una razón simple para asistir al evento del sábado: «Soy abuelo. Y por eso estoy marchando».
Su preocupación por el futuro que enfrentarán sus cuatro nietas lo motivó a mostrar apoyo por los derechos reproductivos de las mujeres, la educación y la lucha contra el cambio climático. «La administración entrante no hará nada al respecto e incluso empeorará la situación», comentó mientras se escuchaban tambores en las manifestaciones del sábado.
A lo largo de la Avenida Pensilvania, equipos de trabajo desmontaban las graderías metálicas que se habrían utilizado para la ceremonia al aire libre de la inauguración, que finalmente se trasladó al interior debido a las bajas temperaturas previstas para el lunes.
Vista exterior del Capitolio de EE.UU., sede del Congreso estadounidense en Washington, en una fotografía de archivo. EFE/Michael Reynolds
Reflexiones de los asistentes: la marcha con menos energía pero no menos convicción
Melody Hamoud y Anna Bergman llegaron a la marcha con los mismos gorros rosados que usaron en la Marcha de las Mujeres de 2017. Bergman, una profesora de historia de secundaria, viajó desde Minnesota solo para asistir al evento. «Quería estar rodeada de personas que piensan igual que yo en un día como hoy», dijo.
Ambas habían asistido a la primera marcha, y Bergman llevaba un cartel que decía: «Ya usé todas mis ideas para carteles en 2017». Hamoud, residente en DC, esperaba revivir el espíritu de aquella marcha. «No quería quedarme en casa y preocuparme frente al televisor», comentó. «Quería sentir que nuestro movimiento todavía tiene energía y estar con otros que sienten lo mismo».
En la Plaza Franklin, se reunieron cientos de personas centradas en temas como los derechos reproductivos y LGBT. Llevaban carteles como «Salvar a América» y «¿Contra los abortos?». Entonces no hagas uno» y «El odio no ganará».
Dakota Miller, de 24 años, viajó desde Bedford, Pensilvania, y portaba un cartel que decía: «Orgullosa de mis hermanas trans». «Trump es un peligro absoluto», dijo Miller, quien teme que una segunda administración Trump amenace su derecho a casarse con su novia o a acceder a un aborto si lo necesitara.
Preocupación por el futuro y la democracia estadounidense
Jill Parrish, de 55 años, llegó desde Austin, Texas, y llevaba un cartel que decía que las mujeres deben resistir la misoginia. “Compré un boleto para asistir a la inauguración de Kamala Harris, pero como eso no ocurrió, decidí cambiar mi boleto y venir a apoyar esta marcha”, explicó. Añadió que es importante que el mundo sepa que más de la mitad del país no votó por la administración entrante. «Lo más importante para mí es demostrar mi temor sobre el estado de nuestra democracia».
Clima frío lleva la inauguración de Trump a un evento cubierto
El Capitolio de EE.UU., donde se llevará a cabo la ceremonia de juramentación de Donald Trump el lunes, solo tiene capacidad para unos 600 asistentes, según el Comité Conjunto del Congreso para las Ceremonias Inaugurales. Debido a las bajas temperaturas pronosticadas, la ceremonia se llevará a cabo en el interior. Sin embargo, muchos de los 250,000 invitados que habían recibido boletos para ver la inauguración desde los terrenos del Capitolio ahora se encuentran buscando opciones para poder observar el evento.
La comitiva de inauguración de Trump dijo que usará el Capital One Arena de la ciudad para que los asistentes puedan ver la ceremonia. La arena tiene una capacidad de 20,000 personas.
El expresidente de EE.UU. Donald Trump, en una imagen de archivo. EFE/EPA/Jabin Botsford/Pool
Lo que se espera para los días previos a la inauguración
Donald Trump regresará a Washington el sábado para dar inicio a días de celebraciones en los que se celebrará su regreso al poder. Cuatro años después de partir de la ciudad tras el ataque de sus seguidores al Capitolio, el tradicional traspaso de poder estará acompañado de una explosión de fuegos artificiales en una de sus propiedades de lujo, con invitados provenientes del mundo de la tecnología, amigos del ámbito empresarial y figuras de los medios conservadores, mientras miles de sus seguidores llegan desde diversas partes del país.
Marcha del Pueblo: un recordatorio de la lucha progresista
A pesar de que la Marcha del Pueblo se espera que sea significativamente más pequeña que la primera marcha en 2017, el evento sigue siendo una poderosa declaración de la lucha progresista en los EE. UU. El rebranding del evento y su nuevo nombre reflejan el deseo de incluir a más personas, no solo a mujeres, sino también a quienes luchan por la justicia social, los derechos humanos y el respeto a la democracia.
Así, mientras el país se prepara para la toma de posesión de Donald Trump, la Marcha del Pueblo no solo es un acto de protesta, sino también una reafirmación del compromiso de millones de estadounidenses con las causas que consideran fundamentales para el futuro de la nación.
