La Comisión de Salud, Educación, Trabajo y Pensiones del Senado aprobó, por 12 votos a 11, la nominación de Linda McMahon como Secretaria de Educación. Esta aprobación lleva a McMahon un paso más cerca de liderar una agencia que el presidente Donald Trump ha mostrado interés en eliminar. La nominación ahora será considerada por el pleno del Senado, donde se decidirá si McMahon asume oficialmente el puesto.
En la audiencia de confirmación, McMahon expuso su visión para el Departamento de Educación, una agencia que, bajo la administración de Trump, ha estado bajo constante escrutinio debido a las propuestas de recorte y reorganización. La ex CEO de World Wrestling Entertainment (WWE) señaló su intención de “reorientar” el departamento, aunque reconoció que solo el Congreso podría tomar la decisión final sobre su cierre.
Los planes de Trump para reestructurar el Departamento de Educación
Desde su campaña presidencial, Trump ha mostrado interés en disolver el Departamento de Educación, pero en su testimonio, McMahon dejó claro que, aunque el presidente busca hacer la agencia más eficiente, este proceso no implica desfinanciar los programas más importantes. Aseguró que ciertas funciones del departamento podrían trasladarse a otras agencias, sugiriendo que la división de derechos civiles podría ser absorbida por el Departamento de Justicia.
Además, McMahon hizo hincapié en que, de llegar al cargo, se comprometería a preservar los fondos federales destinados a programas clave como el Título I, que apoya a las escuelas de bajos ingresos, y las becas Pell para estudiantes universitarios con menos recursos. También mencionó el programa de Condonación de Préstamos por Servicio Público, que ha sido vital para aquellos que trabajan en sectores públicos.
Controversias sobre la política educativa y las órdenes de Trump
Una de las principales preocupaciones de los opositores a la nominación de McMahon está relacionada con las órdenes ejecutivas de Trump, que incluyen políticas sobre la participación de atletas transgénero en deportes femeninos y sobre la promoción de la diversidad, equidad e inclusión (DEI) en las escuelas. McMahon no dudó en comprometerse a retirar los fondos federales de las escuelas que desafíen dichas órdenes.
La situación se complicó cuando McMahon no pudo proporcionar respuestas claras sobre el impacto de la prohibición de programas DEI en las escuelas. Cuando se le preguntó si las clases de historia afroestadounidense podrían llevar a la pérdida de fondos federales, McMahon manifestó que necesitaba investigar más antes de emitir una respuesta definitiva. Esta falta de claridad generó preocupación, especialmente entre los demócratas y grupos que defienden los derechos civiles.
La experiencia de Linda McMahon en el ámbito educativo
A pesar de su falta de experiencia directa en el sector educativo, McMahon tiene una cierta trayectoria en el ámbito. Fue miembro de la junta de educación de Connecticut durante un año en 2009 y ha sido fideicomisaria de la Universidad Sacred Heart durante varios años. Aunque su experiencia en la educación es limitada en comparación con otros funcionarios en puestos similares, su estrecha relación con Trump y su papel como multimillonaria aliada del presidente han sido factores determinantes en su nominación.
La senadora Lisa Murkowski, del estado de Alaska, expresó su preocupación por el hecho de que Trump podría pedirle a McMahon que interfiera en el control local de las escuelas, algo que podría generar controversia y conflicto en el futuro.
Recortes en el Departamento de Educación y su impacto en las escuelas
La nominación de McMahon también ocurre en un contexto donde el gobierno de Trump ha tomado medidas drásticas contra el Departamento de Educación. A través del Departamento de Eficiencia Gubernamental liderado por Elon Musk, se han cancelado varios contratos y recortado millones de dólares en subvenciones para programas que buscan mejorar los resultados educativos, especialmente para estudiantes de bajos recursos.
Recientemente, el gobierno anunció la suspensión de 226 millones de dólares en subvenciones destinadas a programas que ayudaban a mejorar la calidad de la instrucción y los resultados en las escuelas. Esta decisión ha generado controversia, ya que se alega que algunos de estos programas promovían la discriminación por raza e ideología de género.