Un juez de los Estados Unidos suspendió temporalmente parte de la controvertida directiva emitida por la administración de Donald Trump para pausar los préstamos federales, subvenciones y otra asistencia financiera. Este fallo representa una victoria para los grupos de defensa que habían advertido que dicha medida podría tener un impacto devastador en diversas organizaciones y programas.
La suspensión temporal de la congelación de fondos federales
En una audiencia realizada el martes en un tribunal federal de Washington, DC, el juez de distrito Loren AliKhan dictó una orden para que la administración Trump no bloquease los fondos ya programados para ser desembolsados, hasta al menos el 3 de febrero. El fallo se centró en lo que se denomina “adjudicaciones abiertas”, es decir, fondos que ya habían sido comprometidos para su distribución y que no deberían verse afectados por la suspensión de la directiva del gobierno.
La jueza AliKhan explicó que su decisión tenía como objetivo «mantener el status quo», lo que implica que no se interrumpieran los fondos que ya estaban destinados a programas en curso. Sin embargo, este fallo no impide que la administración Trump congele fondos para nuevos programas ni obliga a reiniciar los fondos que ya fueron distribuidos y terminados.
La jueza también programó otra audiencia para el lunes siguiente, a las 11 am EST (1500 GMT), con el fin de analizar los próximos pasos a seguir en este caso.
La directiva del gobierno de Trump y sus implicaciones
La directiva emitida por la administración Trump causó gran preocupación entre varios grupos y organizaciones que dependen de la financiación federal para llevar a cabo sus actividades. Entre ellos se incluyen el Consejo Nacional de Organizaciones sin Fines de Lucro, la Asociación Estadounidense de Salud Pública, Main Street Alliance y SAGE, que presentaron una demanda el martes contra la directiva. Esta directiva debía entrar en vigor a las 5 pm EST (2200 GMT) del mismo día.
Los grupos demandantes sostienen que la Oficina de Administración y Presupuesto (OMB) de Estados Unidos, bajo la dirección interina de Matthew Vaeth, carecía de autoridad para terminar unilateralmente todos los programas de asistencia financiera en el gobierno. Además, argumentan que la medida afecta de manera injusta a los beneficiarios de las subvenciones, violando derechos fundamentales como la libre expresión y la asociación, protegidos por la Primera Enmienda de la Constitución de los Estados Unidos.
La postura de la administración Trump
Matthew Vaeth, director interino de la OMB, defendió la directiva y explicó que la pausa en la financiación se implementaría mientras la administración de Trump revisa los programas de subvenciones y préstamos federales. Según Vaeth, este proceso de revisión tiene como objetivo asegurar que los fondos sean utilizados de acuerdo con las prioridades del presidente, incluidas sus órdenes ejecutivas que buscan poner fin a programas de diversidad, equidad e inclusión.
Desde la administración Trump se indicó que los programas que brindan beneficios esenciales a los ciudadanos estadounidenses no se verían afectados por esta medida. Sin embargo, las críticas de los grupos de defensa, junto con la demanda presentada, alegan que la congelación de fondos podría tener consecuencias graves para muchos proyectos y servicios fundamentales que dependen de esta asistencia financiera.
Demandas por parte de fiscales generales
El fallo judicial se produce en medio de una batalla legal en torno a la congelación de fondos. Un grupo de fiscales generales de 22 estados, en su mayoría liderados por demócratas, junto con el Distrito de Columbia, presentó su propia demanda en Providence, Rhode Island, con el objetivo de detener la medida de congelación de fondos. Los fiscales generales argumentan que la suspensión de los fondos tendría consecuencias perjudiciales para los ciudadanos de sus respectivos estados, especialmente aquellos que dependen de la asistencia federal para servicios de salud, educación y otros programas vitales.
Los fiscales también expresaron su frustración ante lo que consideran una falta de claridad sobre los alcances de la directiva. En particular, criticaron la afirmación de la administración Trump de que la pausa en la financiación no afectaría a todos los programas, lo que, según ellos, solo ha aumentado la confusión y la incertidumbre tanto para los beneficiarios como para las organizaciones que dependen de estos recursos.