El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha anunciado este domingo que se retira de la carrera por la reelección. A principios de julio, el demócrata había asegurado que sólo tiraría la toalla si se lo pidiera el “Señor Todopoderoso”, pero finalmente ha cedido a presiones y llamamientos más terrenales: los de sus propios aliados y apoyos dentro del partido.
En un comunicado que ha publicado en su cuenta personal en la red social X (antes Twitter), Joe Biden explica que ser presidente del país ha sido “el mayor honor” de su vida y que, pese a que su intención sigue siendo buscar la reelección, considera que debe abandonar la carrera presidencial y concentrarse en sus labores como presidente hasta el final de su mandato.
Ahora, el Partido Demócrata deberá elegir a un nuevo candidato para presentar a las elecciones de noviembre. En las últimas semanas, el nombre de Kamala Harris es el que más ha sonado, incluso internamente el partido ya ha realizado sondeos para ver los resultados que obtendría la actual vicepresidenta contra Trump. En la rueda de prensa que Biden dio durante la cumbre de la OTAN en Washington –en la que confundió al presidente Volodímir Zelenski con el ruso Vladímir Putin– ya ponía a Harris en el foco y la elogiaba: “No la habría elegido a ella [como vicepresidente] si no fuera porque creyera que estaba cualificada para el puesto de presidente”.
Según una encuesta de la agencia de noticias estadounidense AP y el centro de estudios NORC, cerca del 60% de los votantes demócratas cree que Harris sería una buena presidenta y sólo dos de cada diez electores considera que no. Los resultados también muestran que la vicepresidenta no goza de mucha popularidad entre los ciudadanos estadounidenses, ya que sólo tres de cada diez opina que lo haría bien en el cargo.
Una encuesta anterior, elaborada también por la AP y NORC, señalaba que el 65% de los votantes demócratas creen que Biden debe retirarse de la carrera presidencial y dejar que el partido elija a otro candidato; además, después del desastroso debate electoral de finales de junio, los seguidores del partido que dicen no estar satisfechos con la candidatura de Biden han pasado del 38% al 48%. También ha disminuido el porcentaje de los electores que confían en la capacidad mental del octogenario para ser presidente (del 40% en febrero al 27% en julio) y casi la mitad no confían mucho o en absoluto en que Biden pueda presidir el país de nuevo.
Biden