La presidenta de Honduras, Xiomara Castro, generó controversia el viernes al declarar que podría cerrar la base militar estadounidense en el país si el presidente electo de EE. UU., Donald Trump, lleva a cabo deportaciones masivas de hondureños. La oposición hondureña criticó fuertemente estas declaraciones, considerándolas un error de política exterior.
La amenaza de cerrar la base militar de EE. UU.
La advertencia de la presidenta Castro sobre la posibilidad de cerrar la base militar de Estados Unidos en Honduras ha sido ampliamente criticada por diversos sectores políticos. Jorge Cálix, precandidato presidencial por el Partido Liberal de Honduras (PLH), calificó la amenaza como un «grave error», argumentando que la presidenta ha puesto en peligro la relación con Estados Unidos, un aliado crucial para Honduras en temas de seguridad y economía.
“La presidenta Castro nos ha puesto en grave peligro porque lo que ha hecho es hacer una declaración de guerra por temas ideológicos y personales. Eso es un error», expresó Cálix en entrevista con The Associated Press. Las elecciones generales en Honduras están programadas para el 30 de noviembre de 2025, lo que intensifica el ambiente político del país.
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Castro: Respuesta a la expulsión masiva de hondureños
El miércoles, Xiomara Castro utilizó su mensaje de Año Nuevo para hacer referencia a la política de deportaciones del presidente electo Donald Trump. La mandataria señaló que, en caso de una «actitud hostil» por parte de Estados Unidos hacia los migrantes hondureños, el gobierno de Honduras tendría que «considerar un cambio en nuestras políticas de cooperación con Estados Unidos». En particular, mencionó que la base militar estadounidense en Honduras perdería su «razón de existir» si el país norteamericano optara por expulsar masivamente a los hondureños.
«Frente a una actitud hostil de expulsión masiva de nuestros hermanos, tendríamos que considerar un cambio en nuestras políticas de cooperación con Estados Unidos», declaró Castro, subrayando que no se permitiría que el país mantuviera bases militares en suelo hondureño sin aportar beneficios económicos.
Fotografía de archivo de la presidenta de Honduras, Xiomara Castro (i), hablando con la embajadora de los Estados Unidos, Laura Dogu, durante un evento en Tegucigalpa (Honduras). EFE/Gustavo Amador
Reacción de la oposición: Implicaciones para Honduras
La respuesta de la oposición hondureña no se hizo esperar. Olban Valladares, analista político y posible candidato a la presidencia por el Partido Innovación y Unidad (PINU), calificó de “imprudente” y “inoportuna” la declaración de la presidenta. Según Valladares, las amenazas de Castro no solo ponen en riesgo las relaciones bilaterales con Estados Unidos, sino que también afectan la economía de Honduras, especialmente a aquellos que dependen de las remesas enviadas por los hondureños en el extranjero.
“Ella sabe que no tenemos la capacidad para amenazar a Estados Unidos de ninguna manera. Los perjuicios que se ocasionarían para Honduras serían terribles”, dijo Valladares, quien destacó que muchos hondureños dependen de las remesas que reciben de sus familiares en Estados Unidos.
Las remesas: Un pilar de la economía hondureña
Uno de los principales argumentos que utiliza la oposición es el impacto económico que tendría una ruptura en las relaciones con Estados Unidos, que es el principal destino de las remesas enviadas por los hondureños. Según el Banco Central de Honduras, en 2023, los hondureños recibieron 9.177 millones de dólares en remesas, de los cuales el 91,1% provino de Estados Unidos.
Cálix también advirtió que, si Estados Unidos decidiera tomar represalias contra Honduras, como cerrar las remesas, el impacto sería devastador para la economía del país. «Con una orden ejecutiva, Estados Unidos puede cerrarnos la llave de las remesas», afirmó.
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Vinculación con la extradición y la familia Zelaya
Además de las implicaciones económicas y políticas, la amenaza de Castro también ha sido vista por algunos como un intento de proteger a su familia y sus intereses personales. Cálix sugirió que la presidenta podría estar utilizando su posición para salvaguardar los negocios familiares y sus intereses dentro del país, especialmente después de la controvertida decisión de cancelar el tratado de extradición con Estados Unidos.
El 28 de agosto de 2024, Xiomara Castro ordenó denunciar el tratado de extradición con Estados Unidos, una medida que fue vista por muchos como una protección para su cuñado, Carlos Zelaya, quien se vio envuelto en un escándalo relacionado con narcotráfico. Un video filtrado mostró a Carlos Zelaya negociando con narcotraficantes, lo que generó una gran controversia en Honduras y desató sospechas sobre el uso de su poder político para proteger a su familia.
Implicaciones para la diplomacia y la seguridad nacional
La postura de Castro pone en evidencia la fragilidad de las relaciones diplomáticas entre Honduras y Estados Unidos, especialmente en el contexto de la cooperación en temas de seguridad y lucha contra el narcotráfico. La base militar estadounidense en Palmerola, en el departamento de Comayagua, ha sido clave en los esfuerzos conjuntos para combatir el crimen organizado y el narcotráfico en la región de Centroamérica. Con unos 1,000 efectivos operando allí, tanto hondureños como estadounidenses coordinan operativos antinarcóticos que benefician no solo a Honduras, sino a toda la región.
“Es un hecho que la base militar de Palmerola ha jugado un papel fundamental en la seguridad de Honduras y Centroamérica”, señaló Cálix, quien instó a la presidenta Castro a reconsiderar sus declaraciones y actuar con prudencia.