Un hombre resultó gravemente herido al enfrentarse a un oso polar en la madrugada del martes 3 de diciembre para salvar a su esposa de ser atacada por el animal. El incidente tuvo lugar en Fort Severn First Nation, una remota comunidad indígena situada en el extremo norte de Ontario, cerca de la bahía de Hudson. Según la Policía de Nishnawbe-Aski (NAPS), el hombre sufrió lesiones serias en los brazos y las piernas.
El ataque ocurrió aproximadamente a las 5:00 de la mañana cuando la pareja salió de su vivienda para buscar a sus perros. Al llegar al camino de entrada, se encontraron de frente con un oso polar. Según el comunicado de la policía, citado por CBS News, el oso se abalanzó contra la mujer, haciéndola caer al suelo. En un acto heroico, su esposo saltó sobre el animal para evitar que la atacara.
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“El oso entonces dirigió su ataque hacia el hombre, causándole heridas graves, aunque no mortales, en los brazos y las piernas”, detalló la NAPS en una declaración oficial difundida en redes sociales. En medio de la lucha desesperada, un vecino acudió al lugar armado con un rifle. Tras disparar varias veces contra el animal, logró ahuyentarlo. El oso, gravemente herido, se retiró tambaleante hacia un área boscosa cercana, donde finalmente murió.
Las autoridades policiales recibieron reportes de disparos y del avistamiento de un oso en la zona. Al llegar a la escena, confirmaron la muerte del animal y patrullaron el área para garantizar la seguridad de los residentes. “Los oficiales continuaron vigilando el vecindario para asegurarse de que no hubiera más osos polares rondando la comunidad”, indicó la policía.
El deshielo temprano en la bahía de Hudson obliga a buscar alimento tierra adentro. (Thomas W. Johansen/NASA/REUTERS)
Fort Severn, hogar de alrededor de 500 personas, es la comunidad más septentrional de Ontario y está habitada principalmente por la nación Cree. La localidad se encuentra en una región donde la presencia de osos polares no es inusual, particularmente en los meses en que el hielo marino comienza a desaparecer.
De acuerdo con la científica Alysa McCall, directora de divulgación de conservación y miembro del equipo de investigación de Polar Bears International, los ataques de osos polares a humanos son extremadamente raros. Sin embargo, cuando ocurren, suelen involucrar a animales jóvenes, hambrientos o enfermos.
“Un oso polar sano que se encuentra en el hielo marino no tiene muchas razones para atacar a un ser humano”, explicó McCall en una entrevista con CBC News. “Estos osos prefieren cazar focas en el hielo, pero cuando este se rompe antes de lo habitual, suelen adentrarse en tierra buscando alimentos”.
En el caso de este ataque, McCall sugirió que el animal probablemente tenía hambre, un comportamiento que podría estar vinculado con los cambios climáticos en la región. Este año, el deshielo en el sur de la bahía de Hudson ocurrió más temprano de lo habitual, lo que podría haber afectado la capacidad para encontrar comida en su entorno natural.
Científicos advierten que el cambio climático está alterando los patrones de comportamiento. (REUTERS/Lisi Niesner)
El cambio climático ha alterado significativamente los patrones del hielo marino, provocando fluctuaciones en las temperaturas del océano que afectan directamente la vida de los osos polares. Según McCall, estos animales suelen acercarse a comunidades humanas atraídos por olores como el de la basura o los alimentos almacenados al aire libre. “Esto aumenta las probabilidades de contacto con las personas”, advirtió McCall.
La científica también ofreció recomendaciones para quienes viven en áreas frecuentadas: asegurar adecuadamente los desechos, evitar salir solos y estar siempre atentos a la posible presencia de estos depredadores.
En situaciones de emergencia, McCall subrayó que la idea de “hacerse el muerto” es un mito peligroso cuando se trata de osos polares. En cambio, aconsejó luchar con todas las fuerzas posibles. “Si eres atacado por un oso polar, definitivamente no juegues a estar muerto. Pelea todo lo que puedas”, recomendó.
Fort Severn, al ser una comunidad remota y cercana al hábitat natural de los osos polares, enfrenta desafíos únicos en la convivencia con la vida silvestre. Aunque los ataques a humanos son poco comunes, la presencia de estos animales genera preocupación entre los residentes, especialmente en los meses en que el hielo marino desaparece y los osos se ven obligados a buscar alimento en tierra firme. Las autoridades locales han intensificado las patrullas en la comunidad para evitar nuevos incidentes y proteger a los habitantes.