La Administración Federal de Aviación (FAA, por sus siglas en inglés) ha cerrado de manera indefinida un corredor de helicópteros de baja altitud que estaba en uso durante la trágica colisión entre un avión de American Airlines y un helicóptero Blackhawk del ejército estadounidense, ocurrida esta semana cerca del Aeropuerto Nacional Reagan, en Washington D.C. Este incidente fatal, que dejó un saldo de 67 víctimas mortales, ha generado fuertes reacciones tanto en las autoridades como en la sociedad estadounidense. El cierre de las rutas de helicópteros es solo una de las medidas adoptadas tras este devastador accidente.
El accidente aéreo que dejó 67 víctimas fatales
El miércoles por la noche, un avión regional de American Airlines y un helicóptero UH-60 Blackhawk colisionaron en pleno vuelo antes de estrellarse en el río Potomac, cerca de la capital de Estados Unidos. Las condiciones del tiempo eran despejadas, lo que hace aún más desconcertante la magnitud del accidente. A bordo del avión viajaban 64 personas, incluidos 60 pasajeros y cuatro miembros de la tripulación. Por otro lado, el helicóptero militar transportaba a tres soldados. Las autoridades han confirmado que no hay sobrevivientes, y los equipos de rescate han recuperado hasta el momento 41 cuerpos de las gélidas aguas del río.
Equipos de recuperación buscan los restos de un avión comercial que chocó con un helicóptero militar en Arlington, Virginia, EE.UU., el 31 de enero de 2025. EFE/EPA/Jim Lo Scalzo
Cierre de rutas de helicópteros: una medida preventiva de la FAA
Tras el accidente, la FAA tomó medidas inmediatas para evitar futuros incidentes. Una de las acciones más significativas fue el cierre indefinido del corredor de helicópteros de baja altitud que estaba en uso en el momento de la colisión. Este corredor, utilizado por helicópteros militares, de evacuación médica, gubernamentales y de las fuerzas del orden, es conocido como la Ruta 4 y está ubicado al este del Aeropuerto Nacional Reagan. Según los mapas de la FAA, los helicópteros que operan en esta área deben volar a una altura máxima de 200 pies sobre el nivel del mar. El cierre de estas rutas es parte de un esfuerzo para revisar y fortalecer los protocolos de seguridad aérea en la zona.
La Ruta 4 fue cerrada específicamente al norte del puente Wilson, que conecta Washington D.C. con Virginia, mientras que la Ruta 1, que se encuentra al sur del puente Key y conecta Georgetown con Rosslyn, también fue clausurada por la FAA. Estos cambios en la infraestructura aérea buscan evitar que incidentes similares se repitan en el futuro.
Vista de las labores de rescate tras el accidente aéreo en Washington, este 30 de enero de 2025. EFE/Jim Lo Scalzo
Investigación sobre el control del tráfico aéreo durante el accidente
Según fuentes cercanas a la investigación, el accidente ocurrió en un momento crítico, cuando un solo controlador de tráfico aéreo estaba a cargo de la gestión del tráfico tanto de aviones como de helicópteros en el Aeropuerto Nacional Reagan. Normalmente, hay un controlador dedicado exclusivamente al tráfico de helicópteros y otro para los aviones comerciales. Sin embargo, en esta ocasión, debido a la salida anticipada de un supervisor, uno de los controladores tuvo que asumir ambas tareas, lo que podría haber contribuido a la tragedia.
La FAA permite que un solo controlador se encargue de ambas funciones, aunque esta práctica no se considera lo más seguro ni óptimo. La falta de supervisión adecuada podría haber sido un factor determinante en la colisión, lo que ha generado interrogantes sobre la eficacia de los protocolos de tráfico aéreo actuales.
Reacciones políticas tras el accidente aéreo
El accidente ha provocado una fuerte respuesta política en Estados Unidos. El presidente Donald Trump firmó una orden ejecutiva en la que solicitó una revisión de las contrataciones y cambios de protocolo realizados durante la administración de su sucesor, el presidente Joe Biden. Trump sugirió que los cambios implementados bajo el mandato demócrata podrían haber jugado un papel en el trágico accidente. Aunque aún no se ha confirmado ninguna relación directa entre los cambios en la FAA y el choque, el presidente ha pedido una investigación exhaustiva.
Este tipo de tragedias siempre despierta debates sobre la seguridad en la aviación y la efectividad de los protocolos de control del tráfico aéreo. Los expertos en aviación aseguran que es necesario revisar continuamente las prácticas y las políticas de seguridad para evitar que se repitan incidentes de esta magnitud.