El enviado especial de Estados Unidos para Latinoamérica, Mauricio Claver-Carone, confirmó este viernes en una conferencia que el próximo viaje de Marco Rubio a la región estará enfocado en abordar la situación política en Venezuela, donde Nicolás Maduro asumió su tercer mandato a pesar de las denuncias internacionales sobre el fraude electoral. Claver-Carone destacó que uno de los principales objetivos de este viaje será condenar las elecciones que, según él, fueron «robadas» por Maduro y reforzar el mensaje sobre la necesidad de un cambio democrático en el país.
El viaje de Rubio, que abarcará Panamá, Costa Rica, El Salvador, Guatemala y República Dominicana entre el 1 y el 6 de febrero, tiene como objetivo enviar un fuerte mensaje de que la política de «America First» impulsada por Donald Trump también se extiende al hemisferio americano, y no se limita únicamente a Estados Unidos. Este será el primer viaje oficial de Rubio como secretario de Estado, un gesto significativo que subraya la importancia que Estados Unidos otorga a la región.
La situación de Venezuela: un tema central en la agenda de Rubio
El tema de la situación venezolana será uno de los puntos más importantes durante el viaje de Rubio. Claver-Carone subrayó que el objetivo principal es «condenar las elecciones robadas» que dieron la victoria a Maduro en los comicios de julio de 2024, a pesar de las denuncias de fraude por parte de varios actores internacionales, que aseguran que Edmundo González Urrutia, el opositor, fue el verdadero ganador. Según el enviado de Estados Unidos, se buscará «mantener y reforzar el mensaje conjunto del robo de las elecciones y la necesidad de un cambio democrático en Venezuela».
En este contexto, la administración estadounidense considera crucial no solo exponer el fraude electoral, sino también presionar para que haya un cambio de régimen en el país. Además de abordar el tema de las elecciones, se pondrá énfasis en exigir la liberación de los ciudadanos estadounidenses encarcelados en Venezuela, a quienes Claver-Carone calificó como «rehenes» del régimen de Maduro.
El mensaje de Trump: consecuencias si no se cumplen las demandas
Claver-Carone fue claro al afirmar que las exigencias de Estados Unidos no son negociaciones, sino demandas firmes que deben cumplirse. Entre ellas, se incluye la aceptación por parte de Venezuela de los miembros del Tren de Aragua, una organización criminal que opera en la región y cuya presencia en los EE. UU. ha generado gran preocupación. «No va a haber negociaciones, no hay espacio para quid pro quos», enfatizó Claver-Carone. En caso de que Venezuela no cumpla con estas demandas, advirtió que «habrá consecuencias».
Aunque el funcionario no especificó qué tipo de consecuencias podrían aplicarse, destacó que la administración Trump ya ha implementado sanciones económicas severas contra Venezuela y ha ofrecido recompensas millonarias para obtener información que conduzca a la captura de Maduro por presuntos delitos de narcotráfico.
Rubio y su enfoque hacia la región: una nueva relación con América Latina
Este primer viaje de Rubio a América Latina no solo se centra en la situación de Venezuela, sino que también busca fortalecer las relaciones entre Estados Unidos y otros países de la región. En particular, el viaje tiene como objetivo enviar un mensaje claro de que América Latina sigue siendo una prioridad en la política exterior de Estados Unidos.
En una llamada con periodistas, Claver-Carone indicó que el viaje será una oportunidad para lanzar un mensaje sobre los planes de Trump para la región, que incluyen iniciativas para fortalecer los lazos comerciales y de seguridad con los países latinoamericanos. Este enfoque refuerza la política de «America First», asegurando que las decisiones de política exterior de Estados Unidos no se limiten a su propio territorio, sino que también busquen promover los intereses y la estabilidad en el hemisferio americano.
La relación con Panamá: tensiones por el Canal de Panamá
La primera parada del viaje será Panamá, donde las autoridades de Estados Unidos han expresado inquietud por la supuesta influencia excesiva de China en el Canal de Panamá. Claver-Carone comentó que el gobierno estadounidense considera que el Canal de Panamá, bajo control panameño desde hace varias décadas, ha enfrentado problemas logísticos relacionados con el mantenimiento de las esclusas y la presencia creciente de empresas chinas en la región.
La preocupación de Estados Unidos surge en parte por el hecho de que Panamá, según Claver-Carone, ha permitido que la influencia de China crezca en la operación del canal interoceánico. El representante de Estados Unidos opinó que, bajo esta «amenaza china» y la falta de mantenimiento adecuado, el cobro de tarifas por el uso del canal es algo que se considera «un insulto». Sin embargo, las autoridades panameñas han defendido que China no tiene control sobre el Canal, señalando que algunas empresas con sede en Hong Kong operan en puertos, al igual que las empresas estadounidenses.