Elon Musk, conocido empresario y CEO de Tesla y SpaceX, sorprendió a sus seguidores durante las festividades al publicar una imagen vestido como Santa Claus en la que admitió utilizar el medicamento Mounjaro como parte de su estrategia para perder peso. Esta revelación estuvo acompañada de un comentario humorístico en su red social, X. “Ozempic Santa… técnicamente, Mounjaro, pero no suena igual”, escribió el magnate.
Mounjaro, cuyo compuesto principal es tirzepatida, pertenece a una clase de medicamentos conocidos como inhibidores GLP-1, desarrollados originalmente para tratar la diabetes tipo 2, pero que se han popularizado por sus efectos en la reducción de peso.
De acuerdo con Newsweek, el medicamento tiene autorización de la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA) desde 2022 y, además, cuenta con la aprobación de la Agencia Europea de Medicamentos para ayudar a pacientes a “perder peso y mantenerlo controlado” como parte de un régimen complementado con dieta y ejercicio.
“Mounjaro me parece más efectivo y con menos efectos secundarios”, admitió Musk, quien además señaló que en el pasado utilizó otro medicamento de este tipo, Wegovy, y descartó continuar con Ozempic debido a efectos adversos como gases e indigestión.
En una publicación del 11 de diciembre, el magnate expresó su apoyo para este tipo de fármacos. “Nada haría más por mejorar la salud, la expectativa de vida y la calidad de vida de los estadounidenses que hacer que tengan un costo superbajo para el público”, comentó.
El magnate ya había mostrado su aprobación al uso de fármacos para bajar de peso. (X/@elonmusk)
Los medicamentos GLP-1, como Ozempic, Wegovy o Mounjaro, han tomado un rol central en debates sobre opciones farmacológicas contra la obesidad. La postura favorable de Musk hacia estos medicamentos contrasta con la visión de figuras como Robert F. Kennedy Jr., el designado secretario de Salud y Servicios Humanos, quien sostiene que implementar hábitos alimenticios más saludables sería “una solución más rentable para combatir la crisis de obesidad”.
La publicación de Musk reitera su posición en favor de un uso más extendido de estos medicamentos. Según comentó en su momento, el magnate considera que enfrentar la obesidad con herramientas médicas puede ser un camino viable para resolver problemas de salud pública en Estados Unidos, postura que ha sido respaldada incluso desde sectores liberales tradicionalmente críticos hacia sus ideas.
“¡Elon tiene razón en esto!”, expresó la actriz Whoopi Goldberg durante un episodio reciente de “The View”, talk show donde también admitió ser usuaria de Mounjaro y mostró orgullosa su transformación tras haber perdido una cantidad significativa de peso.
Elon Musk reveló usar Mounjaro para adelgazar, generando reacciones mediáticas. (X/@elonmusk)
Paralelamente, el empresario se prepara para liderar el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), un organismo recién creado que formará parte de la nueva administración presidencial. Este nuevo despacho, impulsado en parte por Musk, buscará identificar regulaciones innecesarias y proponer medidas de ahorro estructural para optimizar el gasto público.
Cabe señalar que, aunque el multimillonario sigue dedicado a sus empresas tecnológicas, su influencia dentro del escenario político y de salud pública parece ganar fuerza.
Expertos han destacado cómo la creciente demanda de medicamentos como Mounjaro refleja un cambio cultural y médico en el tratamiento del sobrepeso. Según el análisis de Newsweek, farmacéuticas como Eli Lilly (fabricante del medicamento) podrían desempeñar un papel crucial en este escenario, dada la rapidez con la que tales medicamentos ganan terreno fuera de su propósito inicial destinado a pacientes diabéticos.
La publicación navideña de Musk no solo generó comentarios relacionados con la salud, sino también abrió la puerta a discusiones sobre cómo figuras públicas influyen en percepciones de belleza y salud. El CEO de Tesla, quien ha declarado abiertamente que no le gusta hacer ejercicio, expone un contrapunto cultural al abogar por “remedios prácticos” como medicamentos en lugar de esfuerzos más tradicionales como la actividad física.