«Nadie debería beneficiarse de los migrantes vulnerables, ni los traficantes de personas, ni las empresas privadas, ni los funcionarios públicos», afirma el portavoz del Departamento de Estado Matthew Miller en un comunicado.
«Seguiremos imponiendo restricciones de visado a los propietarios, ejecutivos y altos cargos de empresas de transporte sin escrúpulos», advierte.
A mediados de mayo Estados Unidos impuso sanciones a Nicaragua, a la que acusó de hacer negocio con la migración, y emitió una alerta para advertir a las aerolíneas que eviten ser cómplices «en la explotación de migrantes».
Estas sanciones se enmarcan en una política promovida por Washington desde febrero pasado para sancionar a directivos de compañías de transporte terrestre, marítimo o aéreo que promueven la migración irregular.
La afluencia de migrantes es un tema recurrente en la campaña electoral cuando faltan menos de dos meses para las elecciones presidenciales de noviembre, que disputarán la demócrata Kamala Harris y el republicano Donald Trump.
Según la Oficina de aduanas y protección fronteriza estadounidense, las autoridades interceptaron en julio a 56.408 migrantes que intentaban cruzar ilegalmente la frontera con México, o sea un 32% menos que en junio.
Esto se debe en gran parte a la decisión del presidente Biden de cerrar la frontera con México a los migrantes que solicitan asilo cuando haya más de 2.500 cruces irregulares en el promedio de siete días.