En Estados Unidos la regulación del porte de armas es motivo de división política entre quienes piden medidas más estrictas y los que abogan por un uso libre, tema clave de la campaña electoral de este año. Sin embargo, no es solo un tema político, tiene un componente histórico e involucra organizaciones civiles y partidos. Lo explicamos.
En Estados Unidos hay más armas que personas. En tan solo un año, el 2022, se fabricaron 494 millones de armas destinadas a civiles, según reportó el portal web ‘The Trace’ –un medio de comunicación sin ánimo de lucro dedicado a las noticias de armas–, una cifra que contrasta con una población estimada en 336 millones de habitantes, según United States Census Bureau.
De acuerdo con la organización suiza Small Arms Survey –un proyecto de investigación independiente– hay 120 armas por cada 100 estadounidenses, por lo que, según sus cálculos, ningún otro país en el mundo tiene más armas que personas.
Muy por debajo de Estados Unidos se encuentran Yemen (52,8 armas por cada 100 personas), Nueva Caledonia (42,5 armas por cada 100 personas), Montenegro y Serbia (39,1 armas por cada 100 habitantes), de acuerdo con cifras recopiladas por la organización independiente Gun Ownership by Country.
No sería un tema preocupante si se tratara simplemente del crecimiento de una industria, pero la realidad es que tan solo entre 2020 y 2023, murieron en Estados Unidos 79.925 personas entre asesinatos, suicidios y accidentes, como lo registra la organización ‘Gun Violence Archive’, ONG encargada de recopilar datos de la violencia armada en Estados Unidos.
Cada estado que conforma el país tiene regulaciones muy distintas. Por ejemplo, en Texas basta con haber cumplido 18 años para portar legalmente un arma en cualquier establecimiento público, como un supermercado o un restaurante.
En otros como en Florida es necesario tener 21 años y someterse a una prueba de antecedentes penales y psicológicos, una medida motivada tras la masacre en una escuela secundaria de Parkland en febrero de 2018.
Es difícil determinar la correlación exacta que estos datos pueden tener en las siguientes elecciones.
En ambos estados, Donald Trump, que se ha mostrado en los debates reticente a incrementar el control de armas, ganó las primarias entre los republicanos con 77,9% y 81,2 %, respectivamente.
Por el lado de los demócratas, Joe Biden, quien busca endurecer el acceso a armas de fuego, obtuvo 84,6% en Texas y no se registraron resultados de este partido en Florida por cancelación del evento.
Sin embargo, si observamos los datos de las elecciones anteriores y los correlacionamos con los hechos más violentos ocurridos en Estados Unidos en los últimos ocho años, es posible determinar que en Florida y Texas, donde Donald Trump ganó con 51,2% y 52,1%, respectivamente, fue donde se presentaron tres de los masivos tiroteos con más víctimas.
El cuarto episodio, que entra en esta lista, fue en Nevada, donde según la ley está permitido llevar armas de fuego abiertas, pero los compradores de armas deben pasar una verificación de antecedentes. En 2020, Joe Biden ganó las presidenciales en este estado con un 50,1%.
El desgaste político del control de las armas
Sin embargo, a finales de enero de 2024, en un comunicado que lamentaba un tiroteo en un suburbio de Chicago, en el que murieron nueve personas, el presidente Joe Biden dijo: “El Congreso debe actuar ya”, asegurando que se sentía “fatigado” de pedir repetidamente al Legislativo que tomara medidas drásticas para el control de armas.
“Esta tragedia pone de relieve por qué estoy haciendo todo lo que está en mis manos para mantener las armas fuera de nuestras calles”, dijo el presidente.
Durante la campaña de 2019, el electo presidente prometió que sumaría todos sus esfuerzos para lograr un control “efectivo” de las armas y que se pudiese aplicar a nivel federal.
En junio de 2022 obtuvo el primer logro, luego que el Senado y la Cámara de Representantes aprobaran un proyecto de ley, que fue votado a favor por demócratas y republicanos.
La medida ordena realizar una verificación obligatoria de antecedentes para los compradores menores de 21 años a nivel federal, pero solamente en algunos estados.
Maribel Balbin, directora de Prevent Gun Violence Florida, asegura al respecto:
Este proyecto de ley es importantísimo porque por primera vez en 30 años se logró poner de acuerdo a los legisladores para que pasaran ciertas regulaciones, no todas las que se querían pero sí ciertas que son muy simples. Tuvo que ocurrir una masacre como la de Parkland para influenciar a los políticos a que hicieran algo
Además, Biden logró la disposición de 15.000 millones de dólares para programas de salud mental y mejoras en la seguridad de las escuelas del país.
Medidas con las cuales se busca que personas con enfermedades mentales no puedan adquirir armas, así como la instalación de puertas de seguridad y la disposición de detectores de metales a la entrada de las escuelas del país que logren evitar masacres como la de Uvalde.
El proyecto de ley también motivó a los estados a implementar leyes de “bandera roja”, es decir que cualquier persona en el país puede pedir a un juez una orden para que quite temporalmente armas y municiones a personas que se puedan considerar un riesgo para su entorno o para sí mismo.
«Tú mismo puedes hacer una intervención al respecto con la bandera roja. Se tiene estadísticamente comprobado que esto ha evitado muchos incidentes. Las familias o los vecinos de posibles tiradores llaman a la policía y estos son llevados a un lugar donde se les da tratamiento», le dijo Balbin, desde Miami, a France 24.
Otra medida que busca reforzar el control federal se dio el 14 de marzo de 2023, cuando el presidente Biden firmó una orden ejecutiva en la que pidió al Departamento de Justicia endurecer la vigilancia para que las tiendas de armas registren los antecedentes bajo la ley federal.
«Específicamente, el presidente está solicitando al fiscal general (Merrick Garland) llevar a Estados Unidos lo más cerca posible de una revisión universal de antecedentes sin que sea necesario un nuevo debate en el Legislativo», indicó la Casa Blanca.
La orden indica que cualquier persona, que venda por lo menos cinco armas de fuego en un año, es considerada parte de la industria. Otra medida sin precedentes y que busca hacer un seguimiento sobre la adquisición de armas en todo el país.