El enviado presidencial de EE.UU. para asuntos de rehenes, Adam Boehler, aseguró que la propuesta de Hamás de intercambiar prisioneros y establecer una tregua de cinco a diez años «no es una mala primera oferta». Esta oferta incluye la condición de que el grupo islamista palestino deponga todas sus armas durante el periodo acordado.
Boehler detalló la propuesta de Hamás durante una serie de entrevistas con medios locales de Israel este domingo. Aparte de la mencionada tregua, destacó la disposición de Hamás para desarmarse y renunciar a su poder político en Gaza. Según el enviado estadounidense, el grupo palestino también sugirió que tanto Estados Unidos como otros países se comprometerían a garantizar que no haya túneles, que no se utilicen recursos del lado militar y que Hamás se abstendría de involucrarse en la política futura.
Los diálogos entre EE.UU. y Hamás sobre los rehenes
El enviado para rehenes de EE.UU., Adam Boehler, recalcó que los contactos entre su gobierno y Hamás no se deben considerar como una negociación formal. El Departamento de Estado había afirmado anteriormente que estos contactos no implicaban una «negociación», sino simplemente la transmisión de posiciones. A pesar de las especulaciones, Boehler reafirmó el compromiso total de Estados Unidos para asegurar la liberación de los rehenes, enfatizando que el Gobierno de Israel estaba al tanto de las conversaciones y que había coordinación entre ambos países.
En cuanto a las preocupaciones sobre las prioridades de EE.UU., Boehler aclaró que el gobierno de Trump está igualmente comprometido con la liberación de los rehenes israelíes y no solo con los estadounidenses. «Nuestro compromiso es total», reiteró Boehler en diversas rondas de prensa, buscando tranquilizar a la opinión pública israelí sobre la seriedad de las gestiones.
La postura de Estados Unidos en la negociación con Hamás
Las conversaciones entre EE.UU. y Hamás, que fueron reveladas por la Casa Blanca, marcaron un precedente importante, ya que Estados Unidos nunca antes había mantenido un diálogo directo con Hamás, a quien considera desde 1997 una organización terrorista. La portavoz del Departamento de Estado, Tammy Bruce, mencionó que estos contactos servían para transmitir la postura de Washington, tal como se podría hacer mediante otros canales diplomáticos como comunicados oficiales o intervenciones en redes sociales.
A pesar de la novedad de estas conversaciones, tanto Hamás como el gobierno de Israel parecen estar al tanto de los términos de los intercambios propuestos. Aunque aún se encuentra en proceso de evaluación, la propuesta de tregua y la liberación de rehenes ha generado reacciones mixtas en ambos lados del conflicto.
Manifiestan frente a la sede de Defensa en Tel Aviv
Mientras las negociaciones continúan, cientos de israelíes se reunieron el domingo por la noche frente a la sede del Ministerio de Defensa en Tel Aviv para exigir que el primer ministro Benjamin Netanyahu garantice un acuerdo que permita la liberación de más de 60 rehenes aún en Gaza. La presión pública sobre el gobierno israelí ha aumentado, con ciudadanos demandando más acciones concretas en torno a la liberación de los prisioneros.
La situación del alto al fuego en Gaza
Israel tiene previsto enviar una delegación negociadora a Doha, Catar, este lunes para continuar las conversaciones sobre la extensión del alto el fuego. Esta decisión sigue una invitación de los mediadores estadounidenses, según lo confirmado por el primer ministro Netanyahu. Las negociaciones buscan prolongar la tregua actual y evitar más enfrentamientos.
En paralelo, el ministro de Energía israelí, Eli Cohen, ordenó cortar de manera inmediata cualquier suministro eléctrico a Gaza, a pesar de que la mayoría de la infraestructura eléctrica en la Franja ya ha sido destruida durante el conflicto. La medida fue considerada por Hamás como un «chantaje inaceptable», asegurando que busca presionar a la organización para que libere más rehenes, algo que aún no ha ocurrido según lo pactado en la segunda fase del alto al fuego.
A pesar del acuerdo previo entre Israel y Hamás para una tregua y la liberación de rehenes antes de la investidura de Trump, la segunda fase del plan se encuentra en suspenso, ya que las negociaciones han experimentado estancamientos que dificultan su avance.
El futuro de estas negociaciones sigue siendo incierto, pero la situación sigue siendo crítica, tanto para los rehenes como para los gobiernos involucrados. Las tensiones continúan creciendo, y el resultado de las conversaciones podría definir el rumbo de la paz en la región.