La Corte Suprema de Estados Unidos indicó el viernes que decidirá si bloquea o no una demanda de 10.000 millones de dólares presentada por México contra los principales fabricantes estadounidenses de armas, a los que acusa de que sus prácticas comerciales han contribuido a provocar gran parte del derramamiento de sangre en territorio mexicano.
Los fabricantes de armas solicitaron a los jueces que anularan un fallo del tribunal de apelaciones que permitió el avance de la demanda, a pesar de las amplias protecciones legales con las que cuenta la industria de las armas de fuego.
Desde entonces, un juez federal desestimó la mayor parte de la demanda por otros motivos legales, pero México podría apelar esa decisión. El gobierno mexicano afirma que las empresas sabían que las armas se vendían a traficantes que las introducían de contrabando a México, y que decidieron aprovechar ese mercado. El gobierno calcula que 70% de las armas traficadas a México provienen de Estados Unidos.
Entre los acusados están grandes fabricantes como Smith & Wesson, Beretta, Colt y Glock. Afirman que México no ha demostrado que la industria haya obrado intencionadamente para permitir que las armas sean usadas por los cárteles y que trata de “acosar” a los fabricantes para que adopten medidas de control de armas.