Un grupo de migrantes deportados llegó el martes por la noche a Tijuana, en el extremo occidental de la frontera entre México y Estados Unidos, en lo que podría ser una de las primeras redadas bajo la nueva administración de Donald Trump. Este grupo incluye a personas no solo de México, sino también de varios países, destacando el inicio de un cambio en las políticas migratorias de la administración Trump.
Deportados llegan a Tijuana en el marco de las nuevas políticas migratorias
Según testigos presenciales, los deportados llegaron al cruce fronterizo del Chaparral en pequeños grupos. Algunos de ellos estaban vestidos con ropa de trabajo y cargaban bolsas naranjas con sus pertenencias. Entre los deportados se encontraba un hombre que explicó, a gritos, que fue detenido el martes mientras trabajaba como jornalero en Denver, Colorado. Además, un migrante de otro grupo mencionó que había sido arrestado en Oregon, aunque no dio más detalles.
Las autoridades mexicanas que esperaban la llegada de los deportados no proporcionaron detalles sobre su destino, pero estaban preparándose para trasladarlos. En total, alrededor de 70 deportados llegaron esa noche a Tijuana, con un grupo mayor que, según se informó, superaba las 100 personas.
La administración Trump y las deportaciones de migrantes
Este evento refleja el enfoque más estricto de la nueva administración de Trump hacia la migración, especialmente en cuanto a las deportaciones. Durante su primer mandato, Trump adoptó políticas duras para controlar la migración ilegal, y con su regreso a la presidencia, se espera que continúe aplicando medidas similares, incluyendo el refuerzo de las detenciones y deportaciones.
La deportación de migrantes en la frontera entre México y Estados Unidos se ha convertido en un tema central dentro de la política migratoria estadounidense. En 2024, según cifras oficiales, más de 500 mexicanos fueron deportados diariamente. Con el regreso de Trump a la Casa Blanca, este ritmo parece mantenerse, aunque las autoridades mexicanas aseguran que los retornos fueron menores a los habituales en los últimos días.
México y su respuesta al aumento de deportaciones
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, confirmó que los deportados llegaron a México en grupos pequeños. Además, destacó que el gobierno mexicano ya estaba trabajando en la instalación de nuevos centros de atención en la frontera para recibir a los migrantes deportados, aunque algunos de ellos no solo eran mexicanos, sino también personas de otras nacionalidades. Sheinbaum mencionó que los nuevos centros estarán listos en tres o cuatro días y estarán ubicados en municipios cercanos a los 11 puntos oficiales de repatriación en los seis estados fronterizos.
Sheinbaum también expresó que, junto con el canciller mexicano Juan Ramón de la Fuente, sostuvo una conversación cordial con el secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, el martes. La conversación se centró en temas de migración y seguridad, aunque no se ofrecieron detalles sobre los acuerdos alcanzados.
Migrantes caminan frente a un avión tras su deportación de los Estados Unidos, en el aeropuerto Marcos A. Gelabert en Ciudad de Panamá. EFE/ Bienvenido Velasco
Centros de atención para deportados y migrantes en espera de asilo
Además de los nuevos centros, el gobierno mexicano ha decidido utilizar algunos de los centros existentes en Tijuana, Ciudad Juárez y Matamoros para recibir tanto a los migrantes deportados como a aquellos extranjeros que tenían citas para solicitar asilo en Estados Unidos. Estas citas fueron canceladas tras la paralización de la aplicación del sistema virtual CBPOne por parte de la administración Trump.
Ariadna Montiel, secretaria de Bienestar de México, explicó que el gobierno mexicano ofrecerá atención humanitaria a los migrantes, priorizando la asistencia a aquellos que aún esperan una audiencia para su solicitud de asilo en Estados Unidos. Posteriormente, se buscará que los migrantes regresen a sus países de origen de forma voluntaria.
El retorno del programa «Quédate en México»
Una de las políticas clave que podría retomarse durante el segundo mandato de Trump es el programa «Quédate en México», que obliga a los solicitantes de asilo a permanecer en México mientras esperan su audiencia en los tribunales de inmigración de Estados Unidos. Este programa, que había sido suspendido bajo la administración de Joe Biden, podría reactivarse como parte de las nuevas medidas adoptadas por la administración Trump para gestionar la crisis migratoria.
La reactivación de este programa ha generado preocupación entre los defensores de los derechos humanos, quienes señalan las difíciles condiciones que enfrentan los migrantes mientras esperan en México, especialmente aquellos que provienen de países con altos índices de violencia o pobreza.