La crisis en las cortes migratorias de EE.UU. se agrava aún más debido a los recientes recortes del presidente Donald Trump, que despidió a una cantidad significativa de jueces, afectando directamente a los migrantes que buscan evitar la deportación. Con más de 3.7 millones de casos pendientes, el sistema judicial migratorio enfrenta una acumulación sin precedentes que podría extender aún más los tiempos de espera para los migrantes.
El cuello de botella en las cortes migratorias de EE.UU. bajo Donald Trump
Las cortes migratorias en Estados Unidos están en una situación crítica, con una acumulación de más de 3.7 millones de casos pendientes, muchos de los cuales corresponden a solicitudes de asilo. Según el Transactional Records Access Clearinghouse (TRAC) de la Universidad de Syracuse, 1.7 millones de estos casos son solicitudes formales de asilo, lo que refleja la presión sobre el sistema judicial. Con la reciente ola de despidos de jueces y asistentes, la carga sobre los tribunales se ha vuelto aún más insostenible, aumentando el tiempo de espera para una resolución.
El impacto de los recortes se siente particularmente entre aquellos migrantes que luchan por evitar su deportación, quienes ahora enfrentan un sistema judicial sobrecargado, lo que retrasa la resolución de sus casos y genera un sentido de incertidumbre. La medida de despedir a los jueces también podría implicar cambios en los requisitos de procesos clave como el asilo, lo que afecta directamente a los migrantes que buscan legalizar su situación en EE.UU.
Despedir jueces y las cuotas de producción: un obstáculo para los migrantes
El despido de 20 jueces y 12 asistentes ha reducido el número de jueces en las cortes migratorias a solo 715, lo que eleva la carga de casos a un promedio de 6,000 casos por juez. Este aumento en la carga de trabajo ha provocado que muchos jueces no puedan dedicar suficiente tiempo a evaluar las circunstancias individuales de los casos migratorios. Como resultado, los migrantes se ven en una situación aún más difícil, con menos probabilidades de obtener una resolución justa y oportuna para su situación.
Para agravar la situación, la administración Trump implementó cuotas de producción para los jueces migratorios, exigiendo que cada uno resuelva al menos 700 casos al año para mantener una calificación satisfactoria. Este sistema de cuotas, además de la falta de personal, ha provocado una presión excesiva sobre los jueces, lo que puede dar lugar a decisiones apresuradas que afectan negativamente a los migrantes.
La crisis en las cortes migratorias afecta también a los niños migrantes
Además de la acumulación de casos, los recortes también afectan a los migrantes más vulnerables: los niños no acompañados. Según informes, alrededor de 26,000 niños migrantes están actualmente a la deriva, sin la representación legal adecuada para su defensa. Esta situación ha sido condenada por organizaciones como Voto Latino, que destacó la violación de los derechos humanos al negarles la representación legal a niños que ni siquiera tienen la capacidad de articular su propia defensa.
La falta de representación legal para estos niños podría resultar en deportaciones forzadas sin una audiencia justa. La administración Trump, a través de la Oficina de Reubicación de Refugiados (ORR), ha eliminado el programa que brindaba asistencia legal a los menores migrantes, afectando gravemente a los que están bajo la custodia del Departamento de Salud y Servicios Humanos. Esto ha puesto en peligro la protección de los derechos de los niños, dejando a muchos de ellos sin ningún recurso legal ante un posible proceso de deportación.