El caso de Héctor Rosario, expolicía de la policía del condado de Nassau, resalta la influencia de la mafia en Nueva York, terminando con una condena por colaborar con la familia criminal Bonanno. Rosario, de 51 años, fue hallado culpable de proporcionar información falsa al FBI, ocultando actividades ilegales relacionadas con apuestas clandestinas en los suburbios de Nueva York.
El exdetective y su vinculación con la mafia Bonanno
Rosario, quien trabajaba en el Departamento de Policía del condado de Nassau desde hacía 15 años, utilizó su puesto para alertar a la familia Bonanno sobre investigaciones en curso. Según los fiscales, también ayudaba a localizar a testigos que colaboraban con las autoridades, lo que le permitió desviar operaciones policiales hacia negocios de apuestas rivales. Este comportamiento ilícito le habría generado miles de dólares en ganancias de la organización criminal.
El 5 de marzo, Rosario fue condenado por mentir al FBI durante un interrogatorio en 2020, donde negó cualquier vínculo con las mafias de Nueva York. A pesar de ser absuelto del cargo de obstrucción a la justicia, enfrenta una pena máxima de cinco años de prisión. La fiscalía detalló cómo Rosario traicionó su juramento, priorizando su relación con los criminales por encima de su deber de proteger a la comunidad.
Las actividades ilícitas de Rosario en la mafia Bonanno
El FBI comenzó a investigar a Héctor Rosario en 2020, como parte de una operación para desmantelar las actividades de las familias criminales Bonanno y Genovese en los suburbios de Nueva York. Durante este proceso, Rosario ayudó a ocultar las operaciones de la mafia, lo que facilitó el funcionamiento de una red de apuestas ilegales en diversas fachadas comerciales, como zapaterías, cafés y clubes deportivos. Estas actividades se desarrollaban en locales aparentemente legales, lo que dificultaba la intervención de las autoridades.
Según las pruebas presentadas en el juicio, Rosario no solo permitió que los mafiosos operaran con impunidad, sino que participó activamente en encubrir sus acciones. Este tipo de alianzas con grupos criminales pone en riesgo la seguridad de los ciudadanos y la integridad de las investigaciones federales.
El fiscal del Distrito Este de Nueva York, John Durham, también expresó su decepción, calificando a Rosario como un «detective corrupto» que priorizó su vínculo con los criminales por encima de su deber hacia la comunidad. Esta condena subraya cómo la corrupción dentro de las fuerzas del orden puede socavar la confianza pública y poner en peligro la lucha contra el crimen.
La red de apuestas ilegales y los otros involucrados
Rosario no fue el único implicado en esta operación. CBS News informó que él fue uno de los nueve acusados en el desmantelamiento de una vasta red de apuestas ilegales en los suburbios de Nueva York. La red operaba bajo diferentes disfraces, incluyendo cafés, clubes deportivos y zapaterías, que servían como fachadas para encubrir sus actividades delictivas.
Entre los otros involucrados, se encuentran figuras con apodos que evocan la época dorada de la mafia, como «Joe Fish», «Sal el Zapatero» y «Joe Box». Los cargos en su contra incluyen extorsión, lavado de dinero y conspiración, lo que evidencia la magnitud de la operación criminal. A pesar de la gravedad de los cargos, las autoridades señalaron que estas mafias continúan teniendo una presencia significativa en las actividades delictivas de la región.
La defensa de Rosario y su apelación
Durante el juicio, los abogados de Héctor Rosario argumentaron que la fiscalía basó su caso en testimonios de testigos considerados poco confiables. Sostuvieron que estos testigos colaboraron con las autoridades para reducir sus propias condenas, lo que según ellos, cuestiona la validez de las pruebas en su contra. Además, señalaron que Rosario no tenía conocimiento de la investigación federal en su contra, lo que habría sido clave para su absolución del cargo de obstrucción a la justicia.
A pesar de estos argumentos, el jurado encontró suficiente evidencia para condenarlo por mentir al FBI, lo que se considera un delito grave. Los abogados de Rosario han anunciado su intención de apelar la sentencia, lo que podría prolongar el caso aún más.