El expresidente Donald Trump repitió este domingo su habitual discurso sobre temas que van desde la inmigración a la economía en un mitin abarrotado en el Madison Square Garden, Nueva York, un acto a nueve días de las elecciones que estaba diseñado para ser el principio del cierre de su campaña en un sitio fuera de los territorios más disputados y en el que lleva años queriendo actuar.
Pero las palabras de Trump en su ciudad natal, que se prolongaron durante más de una hora, quedaron eclipsadas por los comentarios de los oradores invitados en las cinco horas previas al discurso del expresidente en horario de máxima audiencia.
Entre ellos, hubo chistes racistas de un comediante sobre las personas latinas y negras, que fueron condenados por varios congresistas republicanos, así como intervenciones en las que se usó un lenguaje extremo para describir a la vicepresidenta, Kamala Harris.
En el estadio más famoso del mundo y ante uno de sus mitines más multitudinarios del año, Trump arremetió contra oponentes a los que considera “el enemigo interno”, describió a los medios de comunicación como “el enemigo del pueblo”, se refirió al “bajo coeficiente intelectual” de Harris y la describió como un “recipiente” de dichos oponentes, y aseguró que en una posible guerra con China, Estados Unidos “les patearía el cu–”.
“Es sólo este grupo amorfo de personas, pero son inteligentes y despiadados, y tenemos que derrotarlos”, dijo Trump al explicar su frase de el “enemigo interno”. “Y cuando digo enemigo interno, la otra parte se vuelve loca… Han hecho cosas muy malas a este país. Son, en efecto, el enemigo interno. Pero luchamos contra ellos”.