El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y el presidente electo, Donald Trump, están reclamando el mérito por el acuerdo de alto al fuego entre Israel y Hamás en Gaza, luego de que la Casa Blanca incorporara al enviado de Trump para Oriente Medio en las negociaciones que se habían extendido durante varios meses.
El protagonismo de Trump en el alto el fuego en Gaza
Trump no tardó en declarar que fue él quien impulsó el acuerdo de alto al fuego, cuyos detalles finales aún se estaban ultimando, según la oficina del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu. A través de las redes sociales, Trump afirmó que este acuerdo «épico» solo fue posible gracias a su «victoria histórica» en noviembre, lo que, según él, demostró al mundo que su gobierno trabajaría por la paz y la seguridad tanto de los estadounidenses como de los aliados de Estados Unidos.
«Estoy emocionado de que los rehenes estadounidenses e israelíes regresarán a casa para reunirse con sus familias y seres queridos», escribió Trump. Asimismo, mencionó que su próximo enviado para Oriente Medio, Steve Witkoff, seguiría trabajando estrechamente con Israel y sus aliados para garantizar que Gaza nunca vuelva a ser un refugio seguro para los terroristas.
Biden: Un alto el fuego en línea con su plan de mayo
Por su parte, Biden resaltó en un comunicado que el acuerdo alcanzado respondía a las líneas de un plan que él había establecido a finales de mayo. Biden atribuyó el acuerdo no solo a la presión extrema a la que estuvo sometido Hamás, sino también al cambio en la ecuación regional después de un alto al fuego en Líbano y el debilitamiento de Irán. Según el mandatario, esto se logró gracias a la «diplomacia estadounidense tenaz y meticulosa», y aseguró que su esfuerzo diplomático nunca cesó.
En declaraciones posteriores desde la Casa Blanca, Biden enfatizó que su gobierno fue el principal negociador del acuerdo, pero que el equipo de Trump sería responsable de garantizar su implementación, haciendo un guiño a Witkoff como socio clave en las negociaciones. «Durante los últimos días, hemos estado hablando como un solo equipo», aseguró Biden.
EFE/Michael Reynolds
El impacto de la diplomacia bipartidista
Nancy Okail, directora del Center for International Policy, señaló que el éxito del acuerdo reflejaba cómo la presión de Trump cambió el comportamiento del gobierno israelí, con la insistencia de que se alcanzara un alto al fuego antes de que Trump asumiera oficialmente su cargo la próxima semana. Por otro lado, Jonathan Panikoff, director de la Iniciativa Scowcroft para la Seguridad en Oriente Medio en el Atlantic Council, destacó que Biden merecía elogios por mantener las negociaciones a pesar de los fracasos previos. Sin embargo, también reconoció que las amenazas de Trump y su papel indirecto, a través de Witkoff, jugaron un papel importante en la consecución del acuerdo.
Panikoff comentó que, en un contexto de creciente polarización política, el acuerdo destacó por demostrar cuán efectiva y poderosa puede ser la política exterior de Estados Unidos cuando se mantiene un enfoque bipartidista. «Tanto el gobierno saliente como el entrante merecen crédito por este acuerdo», agregó.
El rol de Witkoff y la colaboración entre equipos
El apoyo explícito de la administración Biden a la participación del equipo de Trump en las negociaciones fue clave, no solo por la influencia de Trump sobre Netanyahu, sino también porque aseguraba que el acuerdo contaría con el respaldo de ambas administraciones. Funcionarios de la administración Biden indicaron que incluir a Witkoff en las conversaciones tenía como objetivo garantizar que el acuerdo, que requiere un compromiso estadounidense prolongado, tuviera apoyo a largo plazo, incluso después de que Biden dejara el cargo.
Aunque algunos funcionarios minimizaron la relevancia de Trump en las negociaciones, destacaron que su participación aseguraba que el acuerdo, que se había estado negociando durante el último año, tuviera continuidad. Además, subrayaron que un plan posconflicto para Gaza, centrado en la gobernanza, la reconstrucción y la seguridad, requeriría la cooperación de todos los actores y el respaldo de Estados Unidos.
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La implementación del acuerdo y las expectativas para Gaza
La implementación del acuerdo podría comenzar el domingo, con la liberación de los primeros grupos de rehenes, según informaron altos funcionarios involucrados en las conversaciones. Durante los últimos días, las negociaciones entre Estados Unidos, Qatar, Egipto e Israel se intensificaron, y los negociadores trabajaron hasta altas horas de la madrugada. A pesar de las demandas de último momento por parte de Hamás, los negociadores estadounidenses mantuvieron una postura firme, y Hamás finalmente aceptó los términos del acuerdo.
El plan acordado incluye una presencia internacional en Gaza para colaborar con la Autoridad Palestina en aspectos de gobernanza y reconstrucción, además de la presencia temporal de fuerzas de seguridad extranjeras para abordar las preocupaciones de seguridad de Israel. La implementación efectiva de este acuerdo dependerá de varios factores, incluida la capacidad de las partes involucradas para garantizar la seguridad y la estabilidad en la región.
La presión sobre Biden y la relación con Netanyahu
A lo largo del genocidio en Gaza, la relación entre Biden y Netanyahu se tensó debido al alto número de muertos palestinos y la grave crisis humanitaria provocada por el bloqueo israelí. A pesar de las críticas, Biden se mantuvo firme en su apoyo a Israel, lo que ha generado controversia. Sin embargo, la administración Biden sigue siendo resistente a imponer restricciones significativas a Israel, a pesar de las demandas de activistas propalestinos que exigen un embargo de armas.
El gobierno de Biden también ha informado recientemente sobre un proyecto de venta de armas a Israel por valor de 8.000 millones de dólares, lo que ha generado aún más debate sobre la postura de Estados Unidos en la región. Las críticas al enfoque de Biden apuntan a las posibles repercusiones a largo plazo para la presencia de Estados Unidos en Oriente Medio, sugiriendo que el legado de Biden podría verse afectado por su manejo de la situación.