El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, tomó la decisión este martes de retirar a Cuba de la lista de países que promueven el terrorismo. Esta acción se produce a menos de una semana de que el expresidente Donald Trump, en su primer mandato, incluyera a la isla en dicha lista, lo que conllevó severas sanciones económicas y diplomáticas.
La medida de Biden responde a un proceso de acercamiento con la isla y tiene como objetivo facilitar la liberación de varios prisioneros cubanos. La intervención del Vaticano ha sido clave en las negociaciones para lograr la excarcelación de estas personas, según informaron fuentes de la Administración estadounidense. Entre los presos que podrían ser liberados se encuentran individuos involucrados en las protestas del 11 de julio de 2021, un acontecimiento que marcó un hito en las tensiones entre la población cubana y el Gobierno de la isla.
Retiro de Cuba de la lista de países terroristas: un giro en la política exterior
La decisión de Biden de sacar al país de la lista de países que promueven el terrorismo también suspende la capacidad de los ciudadanos estadounidenses de demandar en tribunales de Estados Unidos por la expropiación de sus propiedades. Además, se levantaron algunas sanciones financieras, lo que abre la puerta a nuevas relaciones económicas entre ambos países.
Fuentes de la Casa Blanca indicaron que la liberación de prisioneros cubanos podría ocurrir en un futuro cercano. Esta medida forma parte de un esfuerzo más amplio para mejorar las relaciones entre Estados Unidos y Cuba, que han estado marcadas por altibajos en los últimos años. Las autoridades estadounidenses han señalado que varios aliados, como la Unión Europea, España, Brasil, Colombia, Chile y Canadá, habían solicitado el retiro de la lista de terrorismo en los últimos años.
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Cuba en la lista desde 1982: una historia de tensiones diplomáticas
Cuba fue incluida en la lista de países que promueven el terrorismo en 1982, durante la presidencia de Ronald Reagan, debido a su apoyo a movimientos guerrilleros en América Latina. Sin embargo, la situación cambió en 2015, cuando el presidente Barack Obama emprendió una política de deshielo con Cuba, lo que llevó a su salida de la lista en ese mismo año.
No obstante, cuando Trump asumió la presidencia en 2017, restableció las sanciones contra Cuba y volvió a incluir a la isla en la lista de países terroristas en enero de 2021, justo antes de dejar el cargo. La justificación de Estados Unidos para esta inclusión fue la presencia en Cuba de miembros del Ejército de Liberación Nacional (ELN) de Colombia, quienes viajaron a La Habana para iniciar negociaciones de paz con el Gobierno colombiano.
El impacto de la inclusión en la lista de terrorismo
Ser incluido en la lista de países que promueven el terrorismo tiene graves implicaciones económicas y diplomáticas. Aparte de la prohibición de la venta de armas, el país latino enfrentaba un mayor control sobre sus exportaciones, restricciones en la ayuda exterior y mayores requisitos para la emisión de visados. Las sanciones económicas también afectaron profundamente la economía cubana, que ya se encontraba en una situación difícil debido a los problemas internos y el embargo comercial impuesto por Estados Unidos desde hace décadas.
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Gestos de Biden: el contexto de la medida
El retiro del país de la lista de países promotores del terrorismo no es el único gesto que la administración de Biden ha hecho hacia la isla. En los últimos meses, se ha eliminado el límite a las remesas enviadas a Cuba, lo que ha facilitado el apoyo económico de los cubanos en el extranjero a sus familiares en la isla.
A pesar de estas acciones, Biden había mantenido a Cuba en la lista de terrorismo durante su mandato, lo que generó críticas tanto en Estados Unidos como en la isla. El presidente, Miguel Díaz-Canel, había expresado en múltiples ocasiones su rechazo a la inclusión de Cuba en dicho listado, calificándola de injustificada y perjudicial para la economía.
El futuro de las relaciones
El anuncio de Biden se produce poco antes de que asuma el nuevo gobierno de Donald Trump, quien el 20 de enero tomará posesión de su segundo mandato. El expresidente republicano ha nombrado a Marco Rubio, senador de origen cubano y conocido por su postura dura hacia el régimen de La Habana, como su secretario de Estado. Esto podría complicar el futuro de las relaciones entre ambos países, ya que Rubio ha sido un firme defensor de mantener las sanciones y presionar al gobierno cubano.