El Gobierno de Joe Biden llega a su término con la evidencia de que las políticas restrictivas que aplicó en el último año de su mandato han servido para revertir la masiva llegada de inmigración irregular que se produjo durante su presidencia. La frontera entre México y Estados Unidos registró en diciembre un nuevo mínimo de entradas irregulares, confirmando la tendencia a la baja que se inició en agosto.
Según los datos preliminares publicados por AP, hasta el lunes 30 por la mañana se habían producido alrededor de 44.000 arrestos, lo que sugiere que el mes terminará cerca de las 46.612 detenciones realizadas en noviembre, según un alto funcionario de Aduanas y Protección Fronteriza (ICE, por sus siglas en inglés), que habló bajo condición de anonimato porque el recuento es preliminar. Por seis meses consecutivos, las entradas ilegales por la frontera han disminuido, llegando a los niveles que no se veían desde julio de 2020.
El caos que se produjo en la frontera con la llegada masiva de migrantes el pasado año protagonizó los ataques que el presidente electo, Donald Trump, lanzó contra la presidencia de Biden durante la campaña electoral, una estrategia exitosa que le sirvió al republicano para apuntarse una arrolladora victoria en los comicios del 5 de noviembre.
Joe Biden, presidente de EE.UU., llega para dar una conferencia de prensa, en una fotografía de archivo. EFE/EPA/Oliver Contreras/Pool
En diciembre de 2023, la Patrulla Fronteriza había realizado alrededor de un cuarto de millón de detenciones a lo largo de la frontera sur, marcando un máximo histórico. Biden, que inició su mandato abogando por relajar la política antiinmigración de su antecesor, caracterizada por las expulsiones indiscriminadas de migrantes y separaciones familiares, fue muy criticado por haber permitido la entrada masiva de indocumentados.
Datos recientes, sin embargo, han mostrado que la Administración de Biden marcó este año un récord histórico de deportaciones, al haber expulsado a 271.484 no ciudadanos a 192 países, superando el máximo que ostentaba Trump.
Restricciones al asilo
La caída de entradas irregulares de los últimos meses se ha debido principalmente al refuerzo policial impuesto por el expresidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, que llegó a un acuerdo con Biden para frenar el flujo de migrantes que llegaban desde Centroamérica, y al cambio de política de asilo del demócrata. En junio pasado, el presidente estadounidense aprobó un endurecimiento de las leyes de asilo que obligaba al cierre de la frontera cuando se superase el promedio de 2.500 arrestos diarios por siete días.
En septiembre, Biden endureció aún más las restricciones y estableció que la suspensión a las solicitudes se levantaran solo cuando los arrestos cayeran por debajo de los 1.500 por 28 días consecutivos.
El Departamento de Seguridad Nacional emitió una declaración del secretario Alejandro Mayorkas, en la que afirmó que la “implementación rápida y efectiva” de las restricciones de asilo en junio resultó en otro mes por debajo del promedio de 2019, cuando Trump ocupaba la presidencia. “Este éxito sostenido es el resultado de una fuerte vigilancia fronteriza, un amplio compromiso con nuestros socios extranjeros y la entrega de vías seguras y legales que continúan brindando ayuda humanitaria según nuestras leyes”, dijo Mayorkas.
El Valle del Río Grande de Texas pasó a ser el segundo corredor más transitado de cruces ilegales este diciembre, desde el quinto puesto que ocupaba en noviembre, probablemente resultado de las tácticas de las organizaciones de contrabando y las autoridades mexicanas, dijo el funcionario. En primer lugar, continúa San Diego, seguido de El Paso, Texas, y Tucson, Arizona.
Un inmigrante es detenido por un agente de la Patrulla Fronteriza en Sunland Park, Nuevo Méxio, en noviembre de 2024.Jose Luis Gonzalez (REUTERS)
Los datos de diciembre contradicen la idea extendida de que la llegada a la Casa Blanca de Trump estuviera provocando un significativo aumento de los migrantes que cruzan la frontera antes de su toma de posesión, el 20 de enero.
El magnate ha prometido cerrar el paso fronterizo del sur desde el primer día de su presidencia y firmar varias órdenes ejecutivas para encarrilar sus políticas migratorias, entre ellas, la deportación masiva de los 11 millones de indocumentados que residen en el país. Los expertos opinan que impedimentos legales, logísticos y financieros no van a permitir al republicano llevar a cabo su plan con la celeridad que pretende, pero las decisiones que ha tomado hasta la fecha, como el nombramiento de los defensores de la línea dura para dirigir su política migratoria, y todas las declaraciones que ha realizado revelan que lo intentará.
Una de las medidas de Trump será anular la aplicación CBP One, impulsada por el Gobierno de Biden, por la que los migrantes hacen citas para solicitar el asilo. Con ese programa, que otorga 1.450 espacios por día, el demócrata quiso impulsar la entrada legal de los extranjeros. Se prevé que en diciembre, los cruces por vía legal hayan superado por segundo mes consecutivo los ilegales.
Control desde México
Un migrante lleva una figura de la Virgen de Guadalupe en su camino hacia Estados Unidos en Tapachula, México, el 5 de noviembre de 2024.Anadolu (Anadolu via Getty Images)
Aunque no hayan llegado al cruce fronterizo, miles de migrantes han apresurado su paso hacia el norte para intentar llegar a Estados Unidos, pero la presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, también ha intensificado los operativos para que no lleguen a su destino final. Grupos de activistas aseguraron en diciembre que las autoridades de inmigración mexicanas disolvieron dos pequeñas caravanas de migrantes que se dirigían a la frontera. Algunos de ellos fueron trasladados en autobús a ciudades del sur de México y a otros les ofrecieron documentos para poder transitar.
Trump ha presionado al Gobierno mexicano amenazando con imponer un arancel del 25% a los productos provenientes del país vecino si no frenaba el flujo de migrantes que llegan a su frontera norte.
México se está preparando también para socorrer a los mexicanos que sean víctimas de las deportaciones anunciadas. Además de preparar instalaciones para acoger a los expulsados, el Gobierno ha anunciado la aplicación de un botón de pánico virtual, por el que los mexicanos podrán alertar al consulado, a la cancillería y a sus familiares, que previamente sean designados, en caso de una deportación inminente. El secretario de Relaciones Exteriores, Juan Ramón de la Fuente, anunció la medida como una respuesta para evitar que se violen los derechos humanos de los 4,8 millones de mexicanos que tienen una situación irregular en Estados Unidos.