Sonya Massey, la mujer negra que llamó a los servicios de emergencias tras sospechar de que había un intruso en los alrededores de su domicilio, falleció por un disparo en la cabeza, según se desprende de la autopsia publicada por la oficina forense del condado de Sangamon, en el estado estadounidense de Illinois.
El informe, de seis páginas revela que la mujer de 36 años murió como consecuencia de una herida de bala bajo el ojo izquierdo. El autor de los disparos, Sean Grayson, ya fue imputado por cargos de homicidio en primer grado, agresión agravada con arma de fuego y mala conducta, según ha recogido la cadena NBC News.
La Policía del estado de Illinois publicó un vídeo captado a través de la cámara incorporada en el cuerpo de uno de sus agentes que mostraba al agente imputado y a otro más conversando de forma tranquila en el interior de la vivienda con Sonya Massey hasta que comienza una breve discusión en torno a una olla de agua hirviendo.
Cuando uno de los agentes expresó que se iba a alejar de la olla, Massey respondió en hasta dos ocasiones que le reprendía «en nombre de Jesús», tras lo que el agente la amenazó con dispararla en la cara. Poco después se escuchan los tres disparos que acabaron con su vida.
El agente, que se declaró no culpable de los cargos y permanece bajo custodia policial sin derecho a fianza, aseguró que Massey iba a lanzarle agua hirviendo.