La vicepresidenta, Kamala Harris, lleva meses preparándose diligentemente para un debate, primero para enfrentarse al candidato republicano a la vicepresidencia y ahora, en las últimas semanas, para hacerlo con el expresidente Donald Trump, según cuatro fuentes familiarizadas con los preparativos de la candidata demócrata.
Las sesiones de preparación han sido intercaladas entre los actos de campaña, los deberes oficiales como vicepresidenta y la que tuvo para su primera entrevista conjunta con su candidato a la vicepresidencia, el gobernador de Minnesota, Tim Walz, que fue emitida el jueves por la noche en la cadena CNN, indicaron las fuentes.
Entre los principales objetivos de Harris, según las fuentes, está evitar verse arrastrada por los ataques personales de Trump, manteniendo la calma y centrándose en hablar sobre cómo su presidencia ayudaría a la estadounidenses de a pie.
Harris también tiene como objetivo mostrar lo que su campaña ha caracterizado como mentiras, fracasos y promesas incumplidas de Trump durante su tiempo como presidente, y distinguir la Administración que pretende liderar de la del presidente, Joe Biden, al mismo tiempo que se apoya en su legado.
Hasta el jueves por la noche, sin embargo, todavía no había acuerdo entre los equipos de Trump y Harris sobre las reglas para el debate del 10 de septiembre organizado por ABC News.
La idea es molestar a Trump
Una fuente reveló a NBC News que, si bien el equipo de Harris se está preparando para hablar de una variedad de temas, la campaña considera muy importante la óptica del debate. Para ello, Harris y su equipo se están centrando en la forma de incomodar a Trump para ponerlo nervioso.
En ese sentido, la fuente indicó que va a ser menos sobre contenido y más sobre mostrar a Harris como una mujer que no tiene miedo, que no se va a acobardar y que se enfrenta a Trump y lo hace responder por sus actos.
Su campaña también espera «recordarle a la gente cómo fue la vida durante los años de Donald Trump», reveló la fuente.
Esa estrategia incluye que Harris posiblemente saque a relucir temas como: la incapacidad de Trump para conseguir que México pagara por el muro en la frontera sur; su respuesta a la pandemia de COVID-19; el no presentar un plan de salud alternativo después de que trató de derogar la Ley de Asistencia Asequible de 2010, y no aprobar el tipo de proyecto de ley de infraestructura de gran alcance que Biden firmó como ley.
También es de esperar que Harris arremeta contra Trump por el papel fundamental que desempeñó al presionar a los republicanos para que rechazaran un proyecto de ley bipartidista sobre la frontera que abordaría muchas de las cuestiones que el expresidente utiliza para atacar a los demócratas.
Otra fuente afirmó que el equipo de Harris planea hacer hincapié en lo que considera la avanzada edad de Trump y la falta de detalles sobre sus propuestas políticas.
«Si escuchas el primer debate sin Joe Biden, ese fue el segundo peor debate en la historia de los debates presidenciales. Simplemente [su actuación] quedó eclipsada porque la de Joe Biden fue terrible», declaró la fuente.
Añadió que, aunque Harris es una «persona real» que se enfada y se emociona, el objetivo es que mantenga la calma por muy personal que sea el ataque.
Tensión sobre cómo diferenciarse de Biden
Establecer una distinción entre Harris y Biden es una fuente de tensión, ya que algunos miembros del equipo de la vicepresidenta consideran que ella podría tener que culparlo de algunos problemas, como la retirada de Afganistán, de forma respetuosa pero contundente.
Según una fuente, la retirada en 2021 es considerada una «vulnerabilidad evidente» para la que Harris se está preparando.
«Están tratando de encontrar la manera de crear un espacio entre ella y algunas de sus decisiones», explicó la fuente. «Hay una forma de decirlo como ‘soy la vicepresidenta; trabajo a instancias y bajo la dirección del presidente’. Ella quiere averiguar cómo responder estratégicamente a esas preguntas sin crearle problemas al mandatario. […] Pero hay algunos en el equipo a los que realmente no les importa causarle problemas a Biden».
Evitar un momento al estilo Tulsi Gabbard
Harris y su equipo están más centrados en evitar un momento parecido al de un debate de las primarias presidenciales demócratas en julio de 2019, cuando Tulsi Gabbard, entonces miembro de la Cámara de Representantes por Hawaii, lanzó un largo ataque contra el historial de Harris como fiscal.
Gabbard acusó a Harris de haber encarcelado a más de 1,500 personas por infracciones relacionadas con la marihuana cuando era fiscal en California, y añadió que «se rió de ello cuando le preguntaron si alguna vez había fumado marihuana», una crítica que provocó los aplausos del público.
Harris y su equipo no estaban preparados para el ataque y están trabajando para asegurarse de que pueda responder rápidamente ante uno similar por parte de Trump.
«Estaba nerviosa. Estaba contra las cuerdas. Y no tenía una respuesta», dijo una fuente. «Se recuperó y tuvo un buen debate contra Mike Pence. Pero es un momento que está firme en la mente de Harris».
Gabbard apoyó recientemente a Trump y está trabajando con él para preparar un debate con Harris.
Debates simulados con un círculo muy reducido
Harris está manteniendo un equipo muy reducido de personas directamente implicadas en los preparativos del debate, entre las que se encuentran su cuñado Tony West; Rohini Kosoglu, asesora desde hace tiempo; Brian Nelson, asesor principal de política de la campaña; y Josh Hsu, quien fue su principal asesor jurídico en la Casa Blanca.
Hasta ahora, la mayoría de los preparativos han proporcionado a Harris información sobre diversos temas y han tenido lugar sesiones de preguntas y respuestas.
Las cuatro fuentes afirman que creen que Harris realizará simulacros completos de debate después de su viaje a Georgia y tras el Día del Trabajo.
NBC News ha informado de que el equipo de Harris ha recurrido al veterano estratega demócrata Philippe Reines para interpretar a Trump, retomando el papel que desempeñó frente a la ex secretaria de Estado Hillary Clinton durante su campaña presidencial de 2016.
El plan de Trump para el debate de septiembre
La secretaria nacional de prensa de Trump, Karoline Leavitt, dijo que el expresidente no necesitaba una preparación tradicional para el debate.
«El presidente Trump ha demostrado ser uno de los mejores participantes en debates de la historia política, como lo demuestra su nocaut a Joe Biden», aseguró en un comunicado. «No necesita una preparación tradicional para el debate porque, a diferencia de Kamala Harris, domina los temas, se sienta con frecuencia para entrevistas y acepta preguntas de medios de comunicación hostiles casi todos los días».
Trump sugirió esta semana que podría retirarse del debate, al argumentar que ABC News trató injustamente a los republicanos. La campaña de Harris ha insistido en la posibilidad de utilizar micrófonos encendidos todo el tiempo, algo a lo que Trump se mostró inicialmente indiferente, pero a lo que su campaña se ha opuesto.
Brian Fallon, portavoz de la campaña de Harris, escribió el jueves en la red social X que el equipo de Trump pidió a la campaña de Harris que accediera a la petición de micrófonos apagados, al alegar que «sus asesores no confían en él para que hable en directo con la vicepresidenta Harris».