Un evento aparentemente inocente se convirtió en un escándalo legal en Florida, involucrando a dos educadoras de la escuela Roosevelt Elementary. Elizabeth Hill-Brodigan, directora de la institución, y Karly Anderson, maestra de la misma, enfrentan serios cargos de negligencia infantil y por permitir que menores de edad tuvieran acceso al alcohol en su hogar. El incidente ocurrió el 19 de enero en la residencia de Hill-Brodigan en Cocoa Beach y fue promovido a través de la red social Snapchat.
El escándalo de la fiesta en Cocoa Beach
La fiesta, que reunió a más de 100 adolescentes, estuvo marcada por el consumo de alcohol y marihuana, peleas, y un incidente con un arma de fuego. De acuerdo con la policía de Cocoa Beach, un joven enmascarado apuntó con una pistola Beretta a otro estudiante mientras la situación era grabada en video. Sin embargo, la policía no encontró armas en posesión de los asistentes al finalizar la fiesta.
La intervención policial en varias ocasiones
Los vecinos del vecindario alertaron a las autoridades debido al ruido y la presencia de menores consumiendo alcohol, lo que llevó a la intervención policial. Según los documentos judiciales obtenidos por People, los agentes fueron llamados a las 8:40 p.m. para investigar el primer reporte. Hill-Brodigan aseguró que la fiesta sería suspendida, pero la policía regresó poco después al recibir más quejas de disturbios en la zona.
La situación en la residencia se deterioró rápidamente: una adolescente en estado de ebriedad tuvo que ser atendida por paramédicos, y otra joven fue arrestada cerca del lugar tras ser sorprendida conduciendo con un nivel de alcohol en sangre de 0.118, muy por encima del límite legal de 0.02 para menores de 21 años. Además, las camisetas de los asistentes al evento llevaban el lema “white lie”, una tradición en la que los invitados escriben frases falsas sobre sí mismos.
(Imagen Ilustrativa Infobae)
Fiestas recurrentes en la casa de la directora
La policía también descubrió que este tipo de fiestas no era un caso aislado. Según testimonios de algunos adolescentes entrevistados, estas reuniones ocurrían con frecuencia en la casa de Hill-Brodigan, “una o dos veces al mes”, y la directora participaba en la organización de las mismas. Los jóvenes aseguraron que Hill-Brodigan no solo estaba al tanto, sino que parecía estar “bien con lo que sucedía”. Además, permitió que algunos estudiantes llegaran temprano para ayudar en los preparativos.
Las acusaciones y la respuesta de las educadoras
Las educadoras enfrentan graves cargos, incluyendo negligencia infantil, contribución a la delincuencia de menores y organizar una «open house party», una figura legal en Florida que castiga a quienes permiten el consumo de alcohol por menores en sus propiedades. Hill-Brodigan fue arrestada y liberada bajo fianza de $3,500, mientras que Anderson, quien también enfrenta cargos similares, fue liberada con una fianza de $3,000.
Foto de Fox News
Ambas educadoras se declararon inocentes y han solicitado juicios con jurado. Hasta el momento, no han hecho declaraciones públicas sobre el caso. Los abogados de Hill-Brodigan declinaron comentar, mientras que Anderson no ha respondido a los medios.
Suspensión y consecuencias para la comunidad educativa
El escándalo ha conmocionado a la comunidad educativa de Brevard, y el distrito ha tomado medidas inmediatas. En un comunicado oficial, Brevard Public Schools anunció que tanto Hill-Brodigan como Anderson han sido suspendidas administrativamente mientras se lleva a cabo la investigación. Además, el superintendente Mark Rendell expresó en una carta dirigida a los padres que, de ser ciertas las acusaciones, este incidente representaría “una falla total de liderazgo y una violación de la confianza depositada en ellas”.