Las manifestaciones contra la guerra en Gaza cesaron esta semana en un reducido número de universidades de Estados Unidos después de que los directivos llegaran a acuerdos con los manifestantes propalestinos, evitando así posibles interrupciones de los exámenes finales y las ceremonias de graduación.
Los acuerdos alcanzados en universidades como Brown, Northwestern y Rutgers destacan entre las caóticas escenas y las más de 2,400 detenciones que se han producido en 46 campus de todo el país desde el 17 de abril. Los campamentos y las tomas de edificios han interrumpido las clases en algunas universidades, como Columbia y UCLA.
Los acuerdos incluyeron compromisos por parte de las universidades de revisar sus inversiones en Israel o escuchar las peticiones de dejar de hacer negocios con el viejo aliado de Estados Unidos. Muchas de las demandas de los manifestantes se han centrado en los vínculos con el ejército israelí, mientras la guerra se recrudece en Gaza.
Los acuerdos para al menos debatir la desinversión suponen un gran paso en una cuestión controvertida desde hace años, ya que los detractores de la campaña de boicot a Israel afirman que linda con el antisemitismo. Pero aunque las universidades han hecho concesiones en relación con la amnistía para los manifestantes y la financiación de los estudios sobre Oriente Medio, no han prometido cambiar sus inversiones.
“Creo que para algunas universidades puede ser sólo una táctica dilatoria para disipar las protestas”, indicó Ralph Young, profesor de historia que estudia la disidencia estadounidense en la Universidad Temple de Philadelphia. “El final del semestre está ocurriendo ahora. Y puede que para cuando empiece el próximo semestre haya un alto el fuego en Gaza”.
Es posible que algunos consejos universitarios ni siquiera lleguen a votar sobre la desinversión en Israel, lo que puede ser un proceso complicado, explicó Young. Y algunas universidades públicas han dicho que carecen de autoridad para hacerlo.
Pero Young afirmó que el diálogo es mejor táctica que las detenciones, que pueden enardecer a los manifestantes.
Hablar “al menos da a los manifestantes la sensación de que están llegando a alguna parte”, dijo. “Si están llegando a alguna parte o no es otra cuestión”.
Los manifestantes de la Universidad de Vermont se anotaron una victoria cuando la administración anunció el viernes que la oradora de su graduación, la embajadora de Estados Unidos ante las Naciones Unidas, ya no daría un discurso a los graduados este mes. Los manifestantes, que levantaron un campamento el domingo, habían exigido que se retirara el discurso de la embajadora Linda Thomas-Greenfield de la próxima ceremonia debido a su papel en los vetos de Estados Unidos a múltiples resoluciones de alto el fuego de la ONU.
Israel ha tachado las protestas de antisemitas, mientras que sus críticos afirman que Israel utiliza esas acusaciones para silenciar a la oposición. Aunque algunos manifestantes han sido grabados profiriendo comentarios antisemitas o amenazas violentas, los organizadores de las protestas —algunos de los cuales son judíos— consideran que se trata de un movimiento pacífico para defender los derechos de los palestinos y protestar contra la guerra.
Los administradores de la Universidad de California en Riverside anunciaron el viernes un acuerdo con los manifestantes para cerrar su campamento en el campus. El acuerdo incluía la formación de un grupo de trabajo para estudiar la posibilidad de retirar la dotación de fondos de Riverside de la gestión del sistema general de la Universidad de California e invertirlos “de una manera que sea financiera y éticamente sólida para la universidad, teniendo en cuenta a las empresas que participan en la fabricación y distribución de armas”.
El anuncio marcó una evidente ruptura con la política del sistema de 10 campus de la Universidad de California, que la semana pasada dijo que se opone a “los llamados a un boicot y a la desinversión en Israel”.
“Aunque la Universidad ratifica el derecho de los miembros de nuestra comunidad a expresar diversos puntos de vista, un boicot de este tipo afecta la libertad académica de nuestros estudiantes y profesores y el libre intercambio de ideas en nuestros campus”, dijo el sistema en un comunicado. “Las matrículas y cuotas de la Universidad de California son las principales fuentes de financiación de las operaciones básicas de la universidad. Ninguno de estos fondos se utiliza con fines de inversión”.
Los manifestantes de la Universidad Rutgers —donde se interrumpieron los exámenes finales debido a las protestas en su campus de New Brunswick— también recogieron sus carpas el jueves por la tarde. La universidad estatal se comprometió a crear un Centro Cultural Árabe y a no tomar represalias contra los estudiantes que participaron en la acampada.
En un comunicado, la rectora Francine Conway señaló la petición de los manifestantes de desinvertir en empresas que hagan negocios con Israel y de que Rutgers corte sus lazos con la Universidad de Tel Aviv. Dijo que la petición está siendo revisada, pero “tales decisiones caen fuera de nuestro ámbito administrativo”.
Los manifestantes de la Universidad Brown de Rhode Island acordaron desmantelar su campamento el martes. Funcionarios de la escuela dijeron que los estudiantes podrían presentar argumentos para la desinversión de la dotación de Brown de empresas que contribuyen y se benefician de la guerra en Gaza.