Dos oficiales de policía resultaron heridos de bala en Queens, Nueva York, en un caótico tiroteo la noche del domingo, que también causó lesiones al sospechoso del ataque, según las autoridades.
Los agentes investigaban una serie de robos de motocicletas y scooters en el vecindario East Elmhurst cuando intentaron detener a una persona que conducía una motocicleta en sentido contrario, pero el sospechoso huyó a pie, dijo la policía.
Los dos oficiales lo siguieron por varias cuadras y el sospechoso les disparó durante la persecución. Uno de los agentes recibió un disparo en su chaleco antibalas; el otro fue herido en la pierna. Ambos fueron trasladados al Hospital Elmhurst.
El sospechoso, del que por ahora no se conoce el nombre ni nacionalidad, fue identificado como un inmigrante de 19 años que se aloja en un refugio del área. El joven, arrestado tras el ataque, fue herido de bala en el tobillo derecho y trasladado al hospital, en condición estable.
Un arma de fuego fue recuperada en la escena y, según los investigadores, el inmigrante no tiene arrestos previos en Nueva York, pero es sospechoso de dos robos violentos en Queens ocurridos el 21 de mayo.
En ambos casos, sospechosos montados en ciclomotores usaron la fuerza para robar distintos objetos —incluyendo carteras, teléfonos celulares, y tarjetas de débito— a varias víctimas, indicaron tres oficiales.
La policía señaló que investiga más de 80 robos que incluyen scooters y ciclomotores en la ciudad, el cuádruple de casos reportados para esta época el año pasado. En 2023, no hubo ningún caso con este patrón.
El alcalde de Nueva York, Eric Adams, visitó el lunes a los oficiales en el hospital y calificó el tiroteo como “sin sentido”.
“Éste es un hueco hecho por una bala”, dijo Adams sosteniendo el chaleco antibalas roto durante una conferencia de prensa.
“Gracias a este chaleco un joven policía volverá a casa. Un acto de violencia sin sentido, un desprecio total por la vida. Nuestros agentes respondieron con un nivel de disciplina, de enfoque y profesionalismo”, declaró el alcalde.
El comisario de la policía de Nueva York, Edward Caban, amplió que los agentes estaban de buen humor y que el departamento estaba preparado para apoyarlos mientras la investigación continúa.