No existió giro de guion o arrepentimiento de última hora.
La UFC, principal liga mundial de artes marciales mixtas, hizo realidad lo que su jefe, Dana White, deslizó tras el último evento numerado en Europa, el UFC 304 de Mánchester. Muhammad Mokaev, uno de los mejores pesos mosca del planeta, invicto (13-0-0) y rankeado en el puesto 6 de las listas, había sido despedido. El británico, nacido en Daguestán, vuelve a la ‘cantera’ de la que salió, la promotora Brave CF de Baréin.
Mokaev es el último maldito de la UFC. Un término que agrupa a muchos peleadores, sin un criterio unificante. Algunos de ellos siguen siendo estandartes del deporte, como la leyenda Jon Jones (con una lista innumerable de polémicas). Otros, como Khalil Rountree, no son castigados pese a un escándalo. Dio positivo por dopaje y poco después recibió una pelea por el título. Mokaev, por su parte, está fuera.
Es la caída en toda regla de un luchador que tenía todo. El récord impoluto, una carrera no profesional genial en la que ganó en dos ocasiones el Mundial Amateur y un estilo sólido para el peso mosca. Es luchador puro y duro, suma puntos por control y se adaptó a la perfección a los grandes escenarios.
El fin de Mokaev
Pero su carácter no. Mokaev pelea con un estilo no demasiado vistoso (sí ganador) y sumó varias polémicas que hartaron a White y la UFC. «Dificulta el trabajo de los match-makers», relató el empresario. Pedir rivales determinados, escenarios… o una batalla por el título que no llegó. Y la explosión de Mánchester, donde terminó peleándose en el hotel con el luso Manel Kape. Sobre el ring, la acción fue mucho peor.
Dana White, entonces, perdió la paciencia y Mokaev pasó de una estrella con mucho recorrido… a la calle. Tuvo que ‘buscarse la vida’ y eligió retornar a Brave CF, la promotora de Baréin de la que salió. «Hay una persecución injusta de su carácter. Se utiliza la difamación para alimentar venganzas personales y no hay razones claras por las que el mejor atleta del mundo no puede competir«, explicó Mohammad Shadid, presidente de la compañía justo después del anuncio. Cosa que llegó tras otra polémica de Mokaev al sufrir un accidente de tráfico, sin consecuencias físicas, en su Daguestán natal.
Hay una persecución injusta de su carácter. Se utiliza la difamación para alimentar venganzas personales y no hay razones claras por las que el mejor atleta del mundo no puede competir Mohammad Shadid
Un bajón claro. De poder pelear por cinturones en la UFC, a una liga menor, en la que buscan formar y exportar talentos. Ni recaló en PFL, otro formato más atractivo económicamente. «Es el futuro del peso mosca», explicó su CEO Peter Murray. Pero no le fichó.