Islam Makhachev defenderá este sábado su cinturón del peso ligero ante Dustin Poirer en el UFC 302.
Nombrado como el ‘heredero’ de Khabib Nurmagomédov, el peleador daguestaní vuelve a subirse la jaula después de 8 meses.
Se nos avecina uno de los combates del año en la UFC. La consagración de Sean O’Malley e Ilia Topuria como super estrellas en este inicio de 2024 han sido la antesala perfecta para el mes de junio, el que por nombres puede ser el mejor de la historia.
El Islam Makhachev – Dustin Poirer se llevará toda la atención en el esperado UFC 302 que se celebrará este sábado 1 de junio en el Prudential Center de Newark, Estados Unidos. El daguestaní defiende su corona del peso ligero ante una leyenda viva de las artes marciales mixtas, un Poirer que podría estar ante la última gran oportunidad de su carrera. Todo está por ver.
Makhachev vuelve a subirse a la jaula tras una ausencia de casi ocho meses. El pasado 21 de octubre tumbó por segunda vez consecutiva a Alexander Volkanovski con un KO técnico al propinarle una patada fulminante y acabar de machacarle en el ground and pound. Islam pasó acto seguido a ser el número uno en el libra por libra, el ranking más prestigioso del mundo de las MMA, siguiendo así el legado de Khabib.
La relación entre Makhachev y Nurmagomédov viene de largo y va más allá del deporte. Nacidos ambos en la república rusa de Daguestán, son amigos íntimos y compañeros de entrenamiento desde hace más de dos décadas. Cuando Khabib dominaba la UFC, Islam estaba a su lado, ambos entrenados por el padre de ‘The Eagle’, Abdulmanap Nurmagomédov. Cuando este último falleció a consecuencia del COVID, Khabib decidió retirarse invicto en octubre de 2020 en honor al legado de su progenitor, pasando a formar parte del equipo de Makhachev, su ‘heredero’ dentro de la empresa.
A sus 32 años, Islam acumula ahora una racha de 13 victorias consecutivas dentro de la UFC, las mismas que en su día consiguieron leyendas como Holloway, Jon Jones, George St-Pierre, Demetrius Johnson y el propio Nurmagomédov. En caso de vencer a Dustin Poirer, tan solo le quedaría por delante a Kamaru Usman (15) y Anderson Silva (16). Makhachev tan solo ha perdido una vez en su carrera profesional, fue por KO ante Adriano Martins en el UFC 192, aunque ahora es mucho mejor que entonces. Es casi infranqueable en el suelo y su juego de striking ha evolucionado notablemente, tal y como vimos ante Volkanovski.
‘El Diamante’ ha sido uno de los strikers más habilidosos y carismáticos de la compañía en la pasada década, aunque siempre se le ha resistido el ansiado título de campeón indiscutido. Consiguió el interino del ligero en 2019 con su victoria ante Max Holloway, pero unos meses más tarde fue incapaz de tumbar al invencible Khabib en la unificación. Nurmagomédov lo sometió, al igual que lo hizo Charles Oliveira a finales de 2021, el segundo combate por el título de Poirer.
Dustin se subió a la jaula por última vez el pasado 9 de marzo ante Benoit Saint Denis, un armario empotrado que venía pisando fuerte dentro de la división de las 155 libras .Tras intentar encajar la guillotina hasta en 3 ocasiones, Poirer sacó a relucir su fuerza de puños y noqueó al francés en el segundo asalto, una victoria balsámica tras perder en julio el combate por el cinturón BMF ante Justin Gaethje.
Es la última gran oportunidad de Poirer de ser, al fin, campeón indiscutido de la UFC. «Me estoy acercando a los 18 años luchando, quiero ser campeón y vivir mi vida, ¿sabes? Podría ser mi última pelea. No he tomado una decisión oficial» declaró a principios de mayo en un podcast.
Las apuestas señalan que Islam es el gran favorito para este pleito. El ruso está en el mejor momento de su carrera por edad y forma física, mientras que para el estadounidense ya han pasado sus mejores días. Sin embargo, todo puede cambiar en tan solo un momento en los deportes de combate. Es la magia de la UFC y las artes marciales mixtas.