El campeón brasileño limpia la división y apunta a retos imposibles en su reinado.
Alexandre Pantoja sigue escribiendo su leyenda en la UFC. En un combate donde la técnica se impuso a la potencia, el brasileño sometió a Kai Asakura con un mataleón en el segundo asalto, consolidando su tercera defensa del título de peso mosca.
Alexandre Pantoja de acuerdo a un artículo publicado por el diario Sport, el exrepartidor de Uber Eats que soñaba con la cima del octágono es hoy un monarca sólido que ha limpiado la división y se posiciona como una de las figuras más dominantes del deporte.
Asakura, una estrella asiática de gran pegada, llegaba como la gran apuesta para revitalizar los pesos ligeros, pero se topó con la experiencia y el arsenal completo de Pantoja. Aunque el japonés conectó un rodillazo que podría haber cambiado el destino del combate, el brasileño reaccionó como un verdadero campeón, llevando la pelea al suelo, donde marcó una diferencia abismal. La imagen del árbitro deteniendo la pelea tras el mataleón resume la superioridad de un luchador que no deja cabos sueltos.
Este triunfo no es solo una victoria más; representa un paso más en la consolidación de un reinado que ha sido una montaña rusa emocional. Pantoja no tiene el carisma mediático de otros campeones, pero compensa con un rendimiento que bordea la perfección. En el último año, ha superado con autoridad a Royval, Erceg y Asakura, cerrando cualquier debate sobre quién manda en las 125 libras.
Sin embargo, el campeón brasileño no parece conforme con dominar su división. Tras el combate, pidió enfrentarse a Demetrious Johnson, el peso mosca más grande de la historia, pese a que este ya se retiró. Aunque ese reto parece inalcanzable, no sería extraño verlo aspirar al cinturón de otra categoría. El hambre competitiva de Pantoja, forjada en años de sacrificio, lo posiciona como uno de los peleadores más fascinantes del panorama actual.
En un deporte donde las narrativas importan tanto como las victorias, la historia de Pantoja resuena como un cuento de perseverancia y grandeza. De llevar pedidos en una moto a dominar el mayor escenario de las artes marciales mixtas, su ascenso no solo es inspirador, sino también un recordatorio de que los sueños, con trabajo y determinación, pueden alcanzarse incluso en los entornos más duros.