El murciano se quejó el jueves después de su derrota en Queen’s por una nueva regla que está probando la ATP con el reloj en pista. «No tengo tiempo ni para ir a por las pelotas».
Hace ya algunos años que el tenis se dio cuenta de que está perdiendo al público joven. En las gradas de los principales estadios del mundo es difícil ver a chavales de menos de 25 años. Y los que mandan en la industria creen haber dado con la solución: el tenis necesita partidos más rápidos y en las gradas hay que huir de la sobriedad que ha caracterizado siempre al deporte de la raqueta.
El debate sobre si los espectadores pueden hablar y moverse libremente lleva ya tiempo instalado en el circuito y quizás no tardemos mucho en ver un dj dentro de la pista animando a los jugadores en un partido oficial. Pero más allá del espectáculo que se pueda dar alrededor de un partido -donde intervienen muchos actores ajenos a la industria del tenis-, hay algo que sí depende al 100% de los que mandan en la ATP y la WTA: la duración de los partidos.
La tendencia de las últimas décadas es acortar al máximo los partidos. A mediados de los 2000 ya se quitaron las finales de los Masters 1000 a cinco sets y en los últimos años todos los Grand Slams fueron añadiendo el tie break en el quinto set. Ya es imposible ver algo que se acerque a aquel mítico 70-68 de John Isner a Nicolas Mahut en Wimbledon 2010, el partido más largo de la historia (11 horas y seis minutos).
Las quejas de Nadal por el reloj
En el Open de Australia 2018 se introdujo por primera vez el reloj entre puntos. Desde entonces, los tenistas disponen de 25 segundos entre puntos. La regla fue bautizada en su momento como «anti-Nadal» y el tenista español mostró de hecho su rechazo.
«Si tienes un reloj con 25 segundos para jugar en algunas situaciones extremas, no puedes esperar el mejor espectáculo posible»
«Creo que no es algo bueno para el futuro del circuito. Personalmente no me preocupa. Yo no voy a jugar durante otros 10 años. Me puedo adaptar fácilmente a eso», explicaba Nadal a finales de 2017. «Pero, en mi opinión, no es lo mismo jugar a 15 o 18 grados que hacerlo a 35 y es por eso que tenemos jueces de silla, que son capaces de evaluar las condiciones para crear el mejor espectáculo posible para los aficionados. Si tienes un reloj con 25 segundos para jugar en algunas situaciones extremas, no puedes esperar el mejor espectáculo posible«.
Desde Australia 2018, ese reloj se activa justo cuando el juez de silla concede el punto anterior en su tablet. Y muchas veces, es algo subjetivo: cuando el árbitro ve que el intercambio ha sido extenuante, tarda más de la cuenta en dar al botón para así dar más aire a los jugadores.
Las pruebas y el enfado de Alcaraz
Sin embargo, la ATP quiere ir ahora un paso más allá y esta semana en Queen’s y Halle, dos torneos de categoría ATP500, está probando una nueva regla: que el reloj se active nada más termine el punto anterior. Es decir: ya da igual que el punto haya sido un ace o un intercambio de 50 golpes.
«No hablo de ir a por la toalla, ni de tomarme un tiempo. No tengo tiempo ni para ir a las pelotas. Es una locura. Solo tengo tiempo para pedir dos bolas y no puedo ni botarlas. Nunca lo he visto en el tenis»
«No hablo de ir a por la toalla, ni de tomarme un tiempo. No tengo tiempo ni para ir a las pelotas. Es una locura. Solo tengo tiempo para pedir dos bolas y no puedo ni botarlas. Nunca lo he visto en el tenis«, añadió el triple campeón de Grand Slam. «Si juegas un punto largo o acabas en la red, no tienes tiempo para ir a por la toalla o no puedes hacer la rutina. No te puedes concentrar en el siguiente punto. Hoy he sentido que tenía que ir con prisa todo el rato y no he podido hacer mi rutina».
De momento, se desconoce si la ATP implementará esta nueva regla para todos los torneos y superficies después de esta semana de pruebas en Halle y Queen’s.