Levantó un partido exigente y complicado ante un rival que se creció.
Rafael Nadal estará el domingo, a sus 38 años, en la final número 131 de su carrera: la del Abierto de Suecia en Bastad, un torneo que ya ganó en 2005, a los 19 años. Será su primera final desde la de Roland Garros 2022 y llega a ella tras sumar, ante el croata Duje Ajdukovic su cuarta victoria consecutiva en el torneo: un 4-6, 6-3 y 6-2 en dos horas y 12 minutos de partido. Tampoco ganaba cuatro partidos consecutivos desde 2022, en este caso en Wimbledon, y es este el dato con el que hay que valorar este partido.
Porque del mismo modo que decimos que, para un tenista que ha sido tantas veces número 1 del mundo, ganador de 22 Grand Slam y, en fin, uno de los tres pilares del ‘Big 3’ no debería contar como hazaña estar en la final de un ATP 250, lo que le da este valor al hecho es lograrlo a sus 38 años y con su historial de lesiones. Rafa aún no ha confirmado si esta temporada 2024 va a ser su último año en el circuito. Sí ha señalado que tomará esta decisión según vaya valorando su condición competitiva haciendo hincapié en el físico: sí ha dicho también que quiere retirarse cuando él decida, y no cuando se lo ordene su cuerpo. Y de momento está siendo muy competitivo y su estado físico ante Navone parece óptimo. Ayer, cuatro horas ante Navone. Hoy, dos ante Ajdukovic.
El partido de hoy ha sido uno de los clásicos partidos de Nadal en los que se ha negado a perder y ha levantado varias situaciones muy comprometidas. Pero no nos engañemos: ayer era ante Djokovic y Federer. Hoy ante Navone (39 ATP) y Adjukovic (130). No se trata de desmerecer, ni mucho menos, porque Nadal es Nadal y está dando una lección de pundonor. Volver a la pista tras su nefasto 2023 ha sido una y lo que ahora está demostrando es amor al tenis.
Adjukovic no se dejó intimidar por el rival que tenía enfrente y empleó sus mejores armas, sobre todo un poderoso revés. Rafa acusó el desgaste del día previo y durante el primer estuvo lento y con poca chispa. Sin embargo, fue de menos a más, tiró de calidad, leyó el partido y los puntos débiles del rival y levantó un choque en el que estuvo 6-4 y break en contra en el segundo set y no se descompuso tampoco cuando Ajdukovic también lograba no desengancharse del partido. El triunfo que logró fue nadalesco. La RAE debería aceptar el vocablo.
El rival en la final será el portugués Nuno Borges, que venció en su semifinal al argentino Thiago Agustín Tirante por 6-3 y 6-4. Borges, séptimo favorito del torneo, es el actual número 51 de la ATP y no ha jugado aún contra Rafael Nadal. Pero, logre Nadal su título número 93 o no, el éxito ya está conseguido. Porque no olvidemos que está en Bastad, teóricamente, ‘sólo’ para rodarse para el torneo de dobles de los Juegos Olímpicos, donde jugará con Carlos Alcaraz.
Después del partido, Nadal anunció que no jugaría las semifinales del torneo de dobles que debía afrontar junto a Casper Ruud ante los brasileños Orlando Luz y Rafael Matos. El desgaste físico ha sido la razón alegada por el español: «He jugado cuatro horas ayer y dos hoy. Me gustaría jugar, pero no es posible.»