El Uruguay-Brasil fue una guerra. Era más fácil ver una estrella fugaz que un minuto sin un jugador en el suelo.
Se pegaron hasta para colocarse en el centro del campo para ver la tanda de penaltis. Ya en la tanda no se dieron patadas, sólo faltaba eso.
Es posible que Argentina celebre el triunfo charrúa, porque le ‘limpia’ a Brasil de una posible final. El que piense así no puede estar más equivocado. Los de Bielsa han demostrado ser mucho más peligrosos que una Brasil gris, sin fútbol y sin carisma.
Es difícil encontrar una foto de Endrick de pie. En todas sale por los suelos. Uruguay cazó al 9 de Brasil desde el minuto 1 de todas las formas posibles, incluso con tácticas macarras como el empujón feo por detrás de Araujo que provocó que Raphinha saliera en defensa de su compatriota ante su compañero de equipo. Le intentaron intimidar y lo que lograron fue dar la sensación de que le temían. A dos semanas de soplar 18 velas, Endrick se tiene que tomar las patadas charrúas como un cumplido.
Uruguay es un equipo de hormigas carnívoras. Cuando no tenía la pelota, mordía. Cuando la conseguía, salía en tromba al área rival para llevar el trofeo a la madriguera lo antes posible. La unión del ADN charrúa con el estilo Bielsa es una cosa tremenda. En esta Copa América han demostrado que saben jugar al fútbol, que saben jugar a la bronca y que saben hacer partidos mezcla de bronca y fútbol. Con Valverde y Darwin como caras visibles de la nueva generación, es para tenerles en cuenta en próximos torneos grandes.
Aquí no hay Real Madrid o Barcelona que valgan. Esto es Uruguay y esto es Brasil. Y si te metes con uno de los míos, lo tienes que pagar. Eso debió ser lo que pensó Raphinha, que se fue a por su compañero Araujo para defender al madridista Endrick.
Araujo, por cierto, se tuvo que ir lesionado. Con la mano en la parte posterior del muslo y con cara de pocos amigos, se quedó tendido en el suelo mientras tres madridistas se preocupaban por él: Valverde, Rodrygo y un Endrick que no le tuvo en cuenta el empujón que le pegó pocos minutos antes.