Empate sin goles en un partido en el que las ocasiones brillaron por su ausencia.
Uno ve lo que eran los Juventus contra la Roma de antaño y ve lo que es ahora y es para echarse a llorar. Que la Serie A no está en su mejor momento es claro, pero que dos equipos históricos hayan regalado un espectáculo tan pobre evidencia la crisis de fútbol que atraviesa el país. No hay más que ver las alineaciones para darse cuenta de que donde antes había estrellas mundiales, ahora hay jugadores lejos de su mejor nivel.
La Juventus venía de dos grandes encuentros, con goleadas por tres goles que animaban al aficionado ‘bianconeri’ en una temporada con sabor a transición. Sin embargo, en este tercer choque han mostrado su versión más gris y desaprovecha la oportunidad de colocarse líder de la Serie A. Incapaces de generar juego ante un equipo que vive un muy mal momento.
Ese equipo es la Roma, que ve como siguen pasando las semanas y se hunden todavía más en una crisis deportiva importante. Ni una victoria y la sensación de que es necesaria una revolución para volver al camino de los buenos resultados.
En el partido ha faltado magia, ha faltado chispa y clarividencia en metros finales. Ninguno de los atacantes ha estado inspirado y, aunque Vlahovic y Yildiz son los que más lo han intentado, no han sido capaces de acercarse siquiera al gol. Para los romanos, lo más cerca que han estado de besar la red juventina es en un disparo lejano de Angeliño. Que ese sea el mayor peligro ejemplifica los problemas ofensivos de los de De Rossi.
Al final, punto que no deja satisfecho a ninguno. Los de Turín podían ponerse líderes en solitarios y se dejan dos puntos contra una Roma que llegaba en horas muy bajas. En cuanto a los visitantes, no dan como malo el empate en el Juventus Stadium, pero no le sirve para cambiar la dinámica. Marcha cuarto por la cola y está más cerca del precipicio que de la gloria. Todavía es pronto, pero el fútbol no entiende de paciencia y la capital italiana, como con Nerón, está que arde.