Luces y sombras para una Juventus de Turín que, al menos durante cierto tramo de la temporada, dio la sensación de poder pelear por el Scudetto.
Sin embargo, ha ido perdiendo fuelle con el transcurso de una campaña que, en teoría, propiciará movimientos entre las altas esferas del combinado piamontés. En esta ocasión, el equipo dirigido por Massimiliano Allegri, cuyo futuro es una incógnita, afrontaba el reto de una Salernitana que ha tenido un año para el olvido.
Los locales saldrían con ganas de imponer su ley prácticamente desde el comienzo del choque. En concreto, a partir de las acciones generadas por Dusan Vlahovic, Andrea Cambiaso, Filip Kostic, Manuel Locatelli, Weston McKennie y Moise Kean.
Eso sí, las tropas de Stefano Colantuono se asomarían con Loum Tchaouna, Toma Basic, Alessandro Zanoli y Junior Sambia. De hecho, se aventajarían gracias al acierto en la definición de Niccolò Pierozzi (0 – 1). La Juve haría lo indecible para salvar los muebles, consiguiendo un agónico empate con la diana de Adrien Rabiot sobre la bocina (1 – 1).