Los Ducali celebran el ascenso después de tres años de espera con un empate en Bari. El español, pieza clave del proyecto.
El Parma está de vuelta. Después de tres años en la Serie B, uno de los gigantes del Calcio durante los ‘90 (cuando levantó tres Copas y una Supercopa de Italia, una Recopa de Europa, dos Copas de la UEFA y una Supercopa) celebró esta tarde su añorado regreso a la Serie A.
Para sellar el ascenso fue suficiente un empate en el estadio del Bari, último paso tras una temporada dominada, aprovechando la derrota del Venecia y desatando su fiesta con dos jornadas de antelación.
Los ducali, en el San Nicola, se adelantaron con un tanto de Bonny, encajaron el empate de Di Cesare (goleador más veterano de la Serie B: cumplirá 41 años este mes) y defendieron con intensidad el resultado en el tramo final. El Parma domina la clasificación con 74 puntos en 36 jornadas, una diferencia de goles que habla clarísimo (+31) y con un míster, Fabio Pecchia, que ya es un especialista en ascensos. El exsegundo entrenador de Rafa Benítez (tanto en el Nápoles como en el Real Madrid) conquistó la Serie A por tercera vez, tras las cabalgadas con Verona en 2017 y Cremonese en 2022. Justo en ese año apostó por el proyecto de un Parma que, con la familia estadounidense Krause al mando, quiere apuntar cada vez más alto.
Pieza clave del proyecto es Adrián Bernabé. El español de 22 años es un titular intocable y este año, con 35 partidos, nueve goles y cinco asistencias, fue uno de los héroes del ascenso.
El Parma quiere que su talento encandile también la Serie A y le acaba de renovar el contrato hasta 2027. Los ducali y Bernabé llegan al máximo nivel del Calcio para quedarse y pronto podría celebrar también el Como de Fábregas: el equipo entrenado por Roberts marcha segundo, puesto que vale el ascenso directo, con cuatro puntos de ventaja sobre el Venecia.