El Muñeco editó la planilla original y realizó las modificaciones habilitadas por Conmebol. Acá, el detalle.
Corte y confección. Marcelo Gallardo ejecutó este viernes su primera decisión burocrática con correlato futbolístico: la renovación de la lista de buena fe de la Copa Libertadores. El deté editó la planilla original de River y realizó los cinco cambios habilitados por reglamento, dejando afuera de su elección a tres de los refuerzos invernales que habían llegado por pedido de Demichelis e incluyendo a las tres incorporaciones negociadas en las últimas dos semanas. La última, de ellas, la de Maximiliano Meza, destrabada a última hora del jueves.
Germán Pezzella (con el dorsal #6), Adam Bareiro (#7), Maxi Meza (#8), Fabricio Bustos (#16) y Jeremías Ledesma (#25) serán parte del nuevo registro de River en Conmebol, del que fueron reemplazados David Martínez, Esequiel Barco, Ezequiel Centurión, Andrés Herrera y Agustín Palavecino, quienes ya no forman parte del plantel por haber sido vendidos o cedidos a préstamo.
Así las cosas, Felipe Peña Biafore, Federico Gattoni y Franco Carboni deberán aguardar a un eventual avance a cuartos de final para tener una nueva oportunidad de meterse en la nómina copera.
De las cinco inscripciones en la Confederación Sudamericana, dos se hicieron de manera provisional: las de Bustos y Meza. El lateral derecho firmó su contrato con River durante la jornada de viernes para luego incorporarse a los trabajos por la tarde, mientras que el volante de 31 años estaría llegando al país el sábado para completar los trámites burocráticos luego de que Rayados diera el OK para que la transferencia se efectivizara.
Si el “sí” de Monterrey anduvo remolón fue porque José Antonio Noriega no quería pagar el costo político de vender a una figura en plena crisis futbolística de su equipo (luego de quedar eliminado de la Leagues Cup frente a Pumas, despidió a Fernando Ortiz como DT). Una postura que a última hora del jueves el directivo flexibilizó, habilitando al futbolista a volar a la Argentina.
Ahora bien: para que River pueda confirmar a más tardar el lunes ante Conmebol las contrataciones de Bustos y Meza, antes deberán completarse los pasos formales del caso. Es decir, las revisiones médicas correspondientes (el lateral ya la superó), la rúbrica de los contratos -Bustos hasta diciembre de 2027, Meza hasta 2026- y la confirmación de los pases a través del envío de sendos comprobantes de transferencias (CTI) de parte de Inter y Rayados.
Aunque no habrá tranquilidad total hasta que esas instancias se cumplan -especialmente por la experiencia del tironeo con los mexicanos- Gallardo ya cuenta con una plantilla reforzada con lo que pretendía: jugadores que hicieran la diferencia tanto en el fondo -permeable a lo largo de 2024- y también en la zona de generación.
Todo en pos de competir a máxima tensión en un torneo como la Libertadores. Una zanahoria que podrá morder si supera nada más -y nada menos- que siete partidos. Por eso el apremio.