El centrocampista alemán relata lo que tuvo que sufrir al dejar el Borussia Dortmund para fichar por el Bayern Münich.
La carrera de Mario Götze desde que explotó siendo un niño en el Borussia Dortmund ha estado repleta de altibajos, en gran parte, a los problemas físicos y de salud que le han perseguido durante todos estos años. Ahora, con la madurez que le otorgan sus 32 años de edad y la confianza que siente tras haber firmado una gran temporada en las filas del Eintracht, relata a ‘Zeit’ algunos de los momentos más delicados de su carrera.
Corría la temporada 2012-13 cuando se filtró la noticia de que, a final de curso, Mario Götze haría las maletas para abandonar el Borussia Dortmund y fichar por su máximo rival: el Bayern Múnich. El destino, siempre caprichoso, quiso que ambos equipos se enfrentasen en la final de la Champions disputada en Wembley… que acabó cayendo del lado bávaro gracias a un gol sobre la bocina de Arjen Robben.
Días después, el Bayern hizo oficial el fichaje de Mario Götze. Posiblemente, el mayor talento que existía por aquel momento en el fútbol alemán. A diferencia de Robert Lewandowski, que un año más tarde su unió como agente libre al Bayern, Götze sí que dejó dinero en las arcas del club. Exactamente, 37 millones de euros. Sin embargo, sus aficionados lo entendieron como una traición y así se lo hicieron saber.
Nunca olvidaré cómo un día vinieron 60 aficionados a nuestro entrenamiento sólo para insultarme Mario Götze, jugador del Eintracht Frankfurt.
«Nunca olvidaré cómo un día vinieron 60 aficionados a nuestro entrenamiento sólo para insultarme. Yo tenía 20 años y decidí irme al Bayern por motivos racionales», señala un Mario Götze que, con el paso del tiempo, parece haber tomado conciencia de lo sucedido: «Sólo después de haber tomado mucha distancia pude apreciar y entender estas reacciones».
Del cielo al infierno
Tras su fichaje por el Bayern Múnich, Mario Götze tocó el cielo… pero también descendió a los infiernos. Pocos meses después de aterrizar, se vistió de héroe de la selección alemana para anotar el gol que les hizo campeones del mundo en 2014. Era el momento más feliz de su carrera. Pero no fue capaz de darle continuidad.
No pudo soportar el peso de las expectativas y, lastrado por sus incesantes problemas físicos, nunca pudo llegar a ser lo que prometía en Dortmund. «Si no jugaba dos partidos de titular, para mí era el fin del mundo. Después de quedarme en el banquillo, conducía a mi casa y me ponía a correr durante dos horas», confiesa el germano.
La de Götze es, sin duda, una historia de superación. Quizás, nunca llegó a cumplir con las expectativas. Pero el fútbol le dio una segunda oportunidad para regresar a la Bundesliga el curso pasado. El Eintracht se hizo con sus servicios a cambio de tres millones de euros y se ha convertido en una pieza clave para Dino Toppmöller. No en vano, ha sido el séptimo jugador que más minutos ha disputado de la plantilla. Götze, después de mucho tiempo, vuelve a disfrutar del fútbol.