Después de años de negociaciones y pese a la rotunda negativa de hace solo un año, la Fórmula 1 y General Motors han alcanzado un acuerdo para que el fabricante americano sea el undécimo equipo.
La noticia, que se terminó de cocer durante el GP de Las Vegas, ha convulsionado la Fórmula 1. General Motors será, junto a Cadillac, el undécimo equipo de la parrilla a partir de la temporada 2026. Se ha puesto fin a meses de negociaciones después de que la FIA diera luz verde a los americanos para su entrada en el Gran Circo, a lo que siguió la respuesta del propio campeonato, que se mostró más reticente respecto al proyecto porque no creían en la viabilidad comercial y el potencial deportivo.
Por otro lado, los diez constructores que ya figuran en el campeonato se negaron a la operación porque no querían otro contendiente para repartir los beneficios que les ofrece por contrato Liberty Media. El Paco de la Concordia permite a los equipos bloquear cualquier movimiento si no es aceptado por unanimidad.
El acuerdo alcanzado ahora se basa en que General Motors se unirá primero como equipo cliente, en 2026, mientras desarrolla sus propias unidades de potencia para que sean utilizadas desde 2028. Para ello, utilizarán el proyecto que ya tiene creado Andretti Global, con sus instalaciones en Silverstone como columna vertebral, y con la llegada de grandes nombres al proyecto.
El fichaje de Rob White, ex jefe técnico de Renault, se anunció el mismo día que se hizo público el proyecto. Al respecto, hay que señalar que el pacto cuenta con el beneplácito de FIA y Fórmula 1, pero está a la espera de la aprobación de los constructores.
General Motors se asoció con Andretti después de que la legendaria familia mostrara un interés claro por desembarcar en la Fórmula 1, de la misma forma que están en otros campeonatos como la IndyCar o la Fórmula E. A pesar del rechazo inicial, Andretti Global continuó construyendo su programa de F1 en su fábrica de Silverstone, contratando a numeroso personal y produciendo un modelo de túnel de viento para fabricar un monoplaza bajo el reglamento de 2026. Paralelamente, presentó una serie de demandas contra FIA y F1 que posteriormente retiró.
Hay que destacar que la familia Andretti no ha quedado totalmente al margen del proyecto. Su imagen es muy importante para General Motors y Mario Andretti, campeón del mundo de F1 en 1978, será uno de los directores de la escudería, pero con un cargo no ejecutivo y sin participar en las operaciones diarias. Michael, su hijo, que corrió en la F1 con McLaren en 1993 y fue campeón de la IndyCar, ha bendecido el proyecto pese a tener que dar un paso al lado.
La salida de Michael Andretti del equipo al que da nombre, Andretti Global, ha sido determinante para que la operación se encaminara hacia buen puerto. El ex piloto, que había llevado estas negociaciones inicialmente, tuvo que apartarse del liderazgo en el pasado mes de septiembre y cedió el liderato al director ejecutivo del Group 1001, Dan Towriss, que se asoció por primera vez con la compañía tras el patrocinio de Gainbridge, una de sus filiales. Towriss fue visto en el paddock de Las Vegas, donde hubo más acercamientos. Hay que recordar, también, que el mercado de Estados Unidos es muy importante para Liberty Media, con tres grandes premios en el calendario de 24 carreras.
Dan Towriss ha logrado una implicación mayor de General Motors y ello ha sido lo que ha terminado de convencer a la FIA, que siempre había visto con buenos ojos la llegada del undécimo equipo, y a Liberty Media, la multinacional estadounidense que tiene los derechos comerciales.
El proyecto, que pudiera parecer igual, es diferente. Ya desde sus principios. La perspectiva es opuesta. El inicial se trataba de un coche de Andretti que usaría motores Renault a la espera de la llegada de General Motors. Ahora se trata de un coche de General Motors, que se compromete a convertirse en un fabricante total a partir de 2028, aunque inicialmente utilice motores Honda o Ferrari. GM, en definitiva, ha prometido el tipo de inversión y el nivel de implicación que la F1 quiere.