Jake Paul venció a Mike Tyson en una pelea que marcó un hito en el boxeo moderno. Este combate, disputado ante más de 72,000 personas en el AT&T Stadium de Texas, dejó claro que la juventud y la estrategia pueden superar incluso a una leyenda viva del deporte.
La diferencia de edad fue evidente en cada asalto. Con 58 años, Tyson mostró destellos de su antiguo poder, pero su resistencia no logró mantenerse frente a los movimientos ágiles y las combinaciones precisas del influencer de 27 años. Los jueces fallaron de manera unánime a favor de Paul con puntuaciones de 80-72, 79-73 y 79-73, reflejando el dominio del joven boxeador en el ring.
La entrada al cuadrilátero ya anunciaba el espectáculo que se venía. Jake Paul eligió un estilo extravagante, apareciendo en una limusina convertible mientras sonaba una referencia musical a una película en la que participó Tyson. Por su parte, Iron Mike optó por la sobriedad con una bata y una canción de rap clásico.
Los primeros rounds estuvieron llenos de tensión, con Tyson lanzando golpes fuertes y Paul mostrando una defensa sólida. Sin embargo, hacia el tercer asalto, el cansancio empezó a pasar factura al excampeón de peso pesado. Aunque logró conectar un par de golpes certeros, Paul se mantuvo enfocado, utilizando su jab y movimientos laterales para desgastar a su oponente.
Tras el combate, Paul rindió homenaje a Tyson. “Él es una leyenda, el más grande de todos los tiempos. Es un honor haber compartido el ring con él”, declaró. Por su parte, Tyson restó importancia a la derrota, afirmando que su único objetivo era probarse a sí mismo.
Este evento reafirmó la tendencia de incluir figuras mediáticas en competencias deportivas, atrayendo tanto a aficionados tradicionales como a una audiencia digital joven. La victoria de Paul, más allá de lo deportivo, representa un cambio en las reglas del juego en el boxeo contemporáneo.