La imagen del excampeón mundial de los pesados, que debió ser asistido para salir, se viralizó en redes.
Hace menos de tres semanas, Tyson Fury se quedó sin invicto y sin los cuatro cinturones mundiales de los pesados, al sufrir una memorable derrota en Riad, Arabia Saudita, frente al ucraniano Olexsandr Usyk. La derrota pareció calar hondo en el ánimo del boxeador inglés, que en las últimas horas fue noticia porque se viralizó un video en el que se ve en estado de ebriedad.
En las imágenes, se ve que Fury debió salir asistido y escoltado por guardias de seguridad, al mismo tiempo que tambalea de manera ostensible, de un pub de Morecambe, Lancashire. El Rey Gitano del boxeo, como se lo reconoce, salió a la calle y no pudo mantenerse en pie; en el mismo se lo ve cómo colapsa y cae de rodillas en la acera, antes de golpearse la cabeza contra un poste de alumbrado.
Fury, de 35 años y que acumuló ganancias cercanas a los 320 millones de dólares, participó en la noche del viernes pasado de una fiesta con amigos y fanáticos en un bar. Según el diario londinense The Sun, el pub ofrecía bebidas a 2,5 libras esterlinas hasta las 23, lo que posiblemente contribuyó a la embriaguez del excampeón del mundo de la máxima categoría.
De todos modos, la celebración llegó al final cuando personal del pub Strawberry Gardens entendió que el boxeador estaba demasiado ebrio y lo persuadieron de abandonar el local. Según una fuente cercana a Fury, el boxeador “no había bebido alcohol desde hacía más de un año”, y agregó: “Tomó un par de copas de más y tampoco se sentía muy bien”.
En las redes sociales, surgieron bromas sobre el hecho de que Fury aún parecía conmocionado por la caída que sufrió en el combate contra Usyk. “La botella consiguió lo que Usyk no pudo”, bromeó un usuario, y otro comentó: “Imagínense cuánto alcohol es necesario para derribar a este hombre”. Una mujer que dijo ser testigo del momento, señaló: “Escuché muchos gritos y conmoción, y después vi a Tyson arrastrándose sobre sus manos y de rodillas en la calle. Se lo veía de muy mal aspecto. Ojalá haya sido sólo un golpe puntual y nada más”.
Otro de los amigos del boxeador salió en su defensa y contó: “Muchas personas pidieron tomarse una foto con él en el bar. Se tomó el tiempo para hacer esto, de hecho, una joven que conozco tenía una foto con él. El hombre tiene corazón y sentimientos, por el amor de Dios. En el boxeo es una leyenda, independientemente de cómo fue su última pelea. Está orgulloso de vivir en Morecambe y siempre nos menciona. Cada uno de sus movimientos está en el centro de atención, tiene sus propios demonios con la salud mental, pero mostrémosle algo de respeto por sus logros”.
Fury, que perdió en fallo dividido, se enfrentará nuevamente a Usyk el 21 de diciembre próximo en el desquite. “Ha sido una pelea fantástica de Usyk. Pero no creo yo haya perdido y volveré para la revancha”, anticipó el inglés apenas concluyó el combate que determinó su primera derrota como profesional.
Desde 1999, cuando Lennox Lewis se desquitó de Evander Holyfield –con quién había empatado en fallo injusto, y unificó todos los cinturones– la categoría de los “mastodontes” no vivía una circunstancia como el último combate por el título de los pesados. Sólo un guerrero como Usyk, tan fuerte en su mente como en su músculo, pudo doblegar a un gigante como Fury, que equivocó el sistema de preparación pese a tener un gran entrenamiento, ya que se lo vio muy endeble tras seguir una dieta para su adelgazamiento.
No es la primera vez que Fury, con un récord de 34 triunfos (24 por KO), un empate y una derrota, afronta escándalos. En 2016, después de noquear a Wladimir Klitschko, dio positivo de cocaína, perdió la licencia como boxeador y anunció su retiro del boxeo. De inmediato, no dudó en expresar: “Bebo como un cerdo y consumo cocaína para quitarme todos los demonios de encima. Estoy harto de la vida. Espero que alguien me mate antes de que yo mismo lo haga”. Sin embargo, cumplió la sanción y comenzó su camino de regreso a la actividad. Después de algunas peleas menores, recuperó el cinturón mundialista al vencer a Deontay Wilder por KOT, en febrero de 2020.